Artículo publicado en la revista Sportraining nº 73 (septiembre/octubre 2017)
Dentro de toda planificación deportiva, es imprescindible cuantificar la carga de entrenamiento del deportista, todo dentro de un proceso de control bien elaborado. ¿Pero cuáles son los métodos, las herramientas, los parámetros e indicadores… más apropiados, así como la forma de utilizarlos? Éste es el tema sobre el que debaten cuatro grandes expertos en esta materia, dentro de la sección “los expertos opinan” de este número. ¡Muy interesante leer sus opiniones!
FACUNDO AHUMADA. Coach IEWG Training (International Endurance Work Group). Coach de la Selección Argentina de Mountain Bike (cross country olímpico). Licenciado en Ciencias de la Actividad Física. Licenciado en Química (Becario Grupo de Biosensores de Lactato). Profesor de Educación Física. info@endurancegroup.org / www.endurancegroup.org
JONATHAN ESTEVE. Es Doctor en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. Licenciado en CCAF y Deporte. Maestro de Educación Física. Entrenador Nacional de Atletismo y Triatlón. Autor de diversas publicaciones científicas. Ponente habitual en maestrías y cursos y congresos sobre deportes de resistencia. Entrenador profesional de deportistas de resistencia (All In Your Mind). Mail: Jonathan.esteve@allinyourmind.es Web: www.allinyourmind.es Facebook: Jonathan Esteve Twitter: @JonathanEsteve
CARLES TUR. Es Licenciado en Ciencias de Actividad Física y el Deporte, Graduado en Fisioterapia, Grado en Nutrición Humana y Dietética, Máster en Fisiología Integrativa. Entrenador de Alto Rendimiento, llevando a deportistas de la talla de Marcel Zamora, Alejandro Santamaría, Miquel Blanchart, Carlos López, etc. Ha sido preparador físico en el CAR de Sant Cugat. Profesor colaborador en el Máster de triatlón del INEFC de Barcelona. Profesor colaborador de IEWG. Web: www.carlestur.com
YAGO ALCALDE. Es Licenciado en Educación Física y Máster en Alto Rendimiento. Es autor del libro Ciclismo y Rendimiento, publicado en 2011. Desde el año 2007 dirige la empresa Ciclismo y Rendimiento, especializada en el asesoramiento profesional al ciclista en tres ámbitos: entrenamiento, biomecánica y aerodinámica. Web: www.ciclismoyrendimiento.com
¿Para mejorar hay que medir?
F. AHUMADA. Notablemente aquí en Sudamérica muchos entrenadores con los que estoy en contacto no miden ni cuantifican la respuesta de sus atletas. Eso lleva a algo que también observo por aquí y es que a pesar de los muy buenos resultados de algunos deportistas, cuando me toca evaluarlos en el laboratorio o el campo veo que tienen muchos puntos débiles para mejorar. Pienso que medir y cuantificar ciertas variables es determinante en el proceso de entrenamiento. Es claro que lleva tiempo poder distinguir qué es lo verdaderamente crítico que hay que medir, y quizás más aun cómo volcarlo al proceso de entrenamiento, pero es un desafío que realmente vale la pena.
J. ESTEVE. Decir simplemente “sí” sería tendencioso porque hay quienes mejoran aún y haciendo “cualquier cosa”. Pero está claro que llega un punto en el que ya no mejoramos igual, o que quizá mejoremos menos de lo que podríamos. Si controlamos más cosas, hay más criterio para tomar decisiones y por ello se abren posibilidades de mejorar más, o de seguir mejorando cuando ya estás estancado.
C. TUR. Siempre es importante medir ya que da una información objetiva del rendimiento de cualquier deportista, a partir de aquí cada entrenador debe decidir qué medir, cuantificar y testear en cada deportista. En mi caso la medición en deportes de resistencia es fundamental para situar de manera objetiva el nivel de un deportista cuando empiezas a trabajar. A medida que vas trabajando creo necesario el proceso de evaluación, así conoces si hay una mejora en el rendimiento y adaptación al trabajo que estás realizando, en diferentes temporadas puedes valorar la evolución del deportista. Por otro lado, creo que aparte de medir es importante que no perdamos las sensaciones subjetivas del deportista junto a las mediciones que realizas, ambas deben ir juntas de la mano y nos pueden dar una información realmente valiosa a la hora de sacar conclusiones del estado de nuestro deportista.
Y. ALCALDE. Sin duda. De hecho es uno de nuestros “mantras”: lo que no se mide no se puede mejorar”. Ahora bien, medir bien es no es nada sencillo, puesto que las variables a controlar son varias. Pero sí, somos unos enamorados de las métricas.
Para que la información que se obtiene del control del entrenamiento sea verdaderamente útil, ¿cómo se debería utilizar adecuadamente?
F. AHUMADA. Es una pregunta muy interesante y relacionada con la anterior. En la actualidad contamos tanto con dispositivos (wereables en inglés) que son capaces de recolectar muchos datos, como con softwares para procesar esos datos. El punto es que cada vez disponemos de más datos, y en muchos casos, o no se saben utilizar correctamente, o pasa el tiempo desde que los recolectamos y no se toman las decisiones clave en tiempo y forma. Para utilizar correctamente los datos es necesario en primer lugar tener conocimientos sólidos, y eso implica el esfuerzo en la formación constante del entrenador (formación académica universitaria, revistas científicas, técnicas/divulgativas como la que desarrolláis vosotros, etc.), y en segundo lugar ir mejorando a lo largo del tiempo lo que a los entrenadores nos gusta presentar como nuestro “sistema de entrenamiento”.
J. ESTEVE. Frecuente y concreta. El deportista debe reportarse a diario, y que la información esté disponible para el entrenador cuando lo precise. El entrenador debe pedirle exactamente aquello que va a observar (que el deportista y la herramienta ya le seleccione lo que necesita). Por ejemplo, en unas sesiones continuas el promedio de X e Y variable es lo importante, en sesiones con intervalos lo es el promedio de las repeticiones y la duración de las pausas… La herramienta final que use el entrenador (que normalmente no será la primera de la que se obtienen los datos de un sensor u otro) debe permitir consultar aquello que necesita para valorar la sesión.
C. TUR. Creo que es importante saber coger lo datos con cierta “relatividad” y sin obsesión. Bajo mi punto de vista es importante tener un control del entrenamiento pero también saber escucharse internamente y comunicar las sensaciones subjetivas al entrenador. Muchos deportistas a veces pueden pecar de falta de comunicación subjetiva con el entrenador, creo que este punto es clave ya que valoro de igual manera las variables objetivas como las sensaciones del deportista. Creo que cada entrenador debe encontrar el correcto canal de comunicación en cuanto al control del entrenamiento y saber adaptarse a los recursos de cada deportista, es decir, no todos los deportistas pueden contar con un potenciómetro, por lo que el entrenador deberá establecer los recursos necesarios para que el deportista sepa entrenar a la intensidad objetivo. Otro aspecto clave aparte de la cuantificación del entrenamiento creo que son las modificaciones necesarias en la programación/planificación del entrenamiento en función de las cargas, si existe mayor o menor adaptación, si el deportista se pone enfermo, si orgánicamente no está asimilando las cargas; una cosa es cuantificar las cargas, pero otra diferente es modificar/variar en función de lo que se analiza.
Y. ALCALDE. Mediante la utilización de algún software avanzado de entrenamiento en el que se pueda registrar la mayor cantidad de información posible de cada sesión. Además, es muy importante que la información que se registre sea lo más exacta y veraz posible. En este sentido y pensando en ciclismo que es el deporte con el que más trabajo es muy importante asegurarnos de que los ciclistas calibran su medidor de potencia a diario así como verificar que los datos de potencia obtenidos son los correctos. Es interesante utilizar algún software que detecte valores de potencia anómalos para que no alteren las métricas correspondientes. Para que este control sea útil es importante implicar al deportista al máximo para asegurarnos que los datos registrados son los correctos. Esto se consigue si el deportista tiene el hábito diario de hacer un buen registro del entrenamiento realizado.
¿Cuáles son los métodos para el control de la carga interna que consideras más apropiados?
F. AHUMADA. En la actualidad recibe muchas críticas (en mi opinión a veces quizás por desconocimiento), pero la frecuencia cardíaca continua siendo una variable muy útil para el control de la intensidad del entrenamiento. El entrenador (y el atleta también) deben tener presente todas las condiciones que pueden modificarla, así como los ajustes que es necesario hacer incluso durante una sesión de entrenamiento. La otra variable que considero clave para determinar la carga interna es la lactatemia (concentración de lactato en sangre). Mucho se dice sobre el lactato, y aquí también hay mucha confusión. He tenido la suerte de trabajar en un grupo de investigación en donde hacíamos biosensores de lactato, y luego de medir mucho en condiciones de campo y laboratorio, considero que verdaderamente es una variable que nos brinda muchísima información.
J. ESTEVE. La percepción en primer lugar, y la frecuencia cardiaca en segundo lugar. Cuando tengamos medidores en tiempo real de lactato, será ideal. La percepción todo el mundo la tiene y pocas veces falla. Si además nos hemos educado con otros medios a identificarla en relación a zonas reales, es lo mejor. Pero como esto en novatos es muy difícil, hay que ayudarles con elementos más numéricos, como la frecuencia cardiaca (con sus salvedades) o las escalas numéricas de percepción, o los ritmos/potencias recientes a una evaluación. Con ello vamos educando en la “percepción asociada a la zona”, que para mí es lo mejor.
C. TUR. En mi caso utilizo variabilidad cardíaca en algunos deportistas, FC (recuperaciones de trabajos y uso a intensidades bajas y medias), VAM y PAM, curva de lactato en algún deportista y sobre todo el contraste de sensaciones y escala de fatiga subjetiva. Con el programa Training Peaks, contabilizo los TSS pero sin obsesionarme con ello y ver solo números, me gusta tenerlo como referencia de la carga que está trabajando el deportista, pero realmente le doy mucha más importancia a las sensaciones subjetivas del deportista, lo que me transmite, cómo me habla, su estado de ánimo, etc. Creo que es fundamental que un entrenador no pierda nunca la valoración subjetiva del deportista, que no por ello está reñido con las nuevas metodologías de cuantificación de carga o valoración de la fatiga, creo que todo debe ir unido de la mano y cada entrenador debe emplear su propia receta para realizar la valoración que encuentre más oportuna.
Y. ALCALDE. Creo que las sensaciones del deportista son la herramienta más útil en estos casos. Hay que intentar que el deportista, después de cada sesión de entrenamiento y por las mañanas haga una valoración de su estado de fatiga general que quede registrado en un software para que el entrenador tenga esta información de primera mano. La relación potencia/frecuencia cardiaca es un parámetro muy interesante para valorar la evolución de la carga interna, ya que nos informa acerca de la eficiencia del ciclista. El registro de la FC en reposo es una herramienta fácil y fiable que se debe incorporar.
¿Cuáles son los indicadores más importantes a considerar a la hora de medir la carga de entrenamiento, es decir, el volumen, la intensidad, la densidad?
F. AHUMADA. A día de hoy el debate continúa sobre si es mejor pasar muchas horas con el culo en el asiento (aplicado esencialmente al ciclismo o triatlón) o enfocarse en la intensidad (utilizando HIIT o entrenamiento intervalado). En el clásico de la literatura del entrenamiento que es Lore of Running (libro del Prof. Tim Noakes), un gran científico del deporte como es Carl Foster destaca que no tenemos evidencia ni datos suficientes para poder concluir qué dosis de entrenamiento produce un determinado efecto. Y probablemente nunca podamos determinar eso como queremos. Dicho esto, tanto el volumen (la cantidad) como la intensidad (la calidad), así como la densidad (relación trabajo/pausa) son variables clave, ya que la carga de entrenamiento es función de las tres. En la actualidad existen propuestas como la del TSS (Training Stress Score) que aplicadas al ciclismo cuando se entrena por potencia, funcionan muy bien, y es posible prescribir la dosis de entrenamiento directamente en TSS. La propuesta del Dr. Jonathan Esteve Lanao por ECOS es muy útil al poder utilizar una misma variable para todos los deportes de endurance y el entrenamiento de fuerza.
J. ESTEVE. El tiempo, la zona y el tiempo de pausa en relación al tiempo de trabajo en la parte de la sesión donde haya intervalos.
C. TUR. Pues un conjunto de ellos, en cada deportista establezco de un punto de partida, es decir, qué tipo de entreno ha realizado, de qué modo, cuanto ha entrenado, de qué manera, etc. A partir de aquí, y a la hora de medir, trazo una idea o una programación de lo que debería realizar en cuanto a volumen, intensidad, densidad del trabajo, etc. Todo esto siempre lo modifico o retoco en función del feedback recibido y medido de cada deportista.
Y. ALCALDE. El volumen, la intensidad y la densidad es lo que conforma la carga de entrenamiento. Yo uso los TSS como medidor de carga de entrenamiento. Me parece una métrica muy útil puesto que de forma automática nos hacemos una idea de la carga de entrenamiento diaria o mensual. Y para mejorar el rendimiento la clave es la gestión de la carga de entrenamiento. Cargas altas para provocar adaptaciones y cargas bajas para asimilarlas. Cuando se emplean los TSS como medidor de carga, es muy importante que el entrenador sepa y actualice con frecuencia el FTP (umbral funcional) del ciclista para que los valores de carga sean lo más precisos posible.
Para controlar el entrenamiento de un deportista, ¿cuál es el mínimo control sobre la carga que necesitaría un entrenador?
F. AHUMADA. Me parece también una muy buena pregunta, ya que en la actualidad y con todos los datos y dispositivos disponibles nos olvidamos que es clave volver a las bases fundamentales para comprender qué es lo verdaderamente crítico que tenemos que medir y controlar en el proceso de entrenamiento. El volumen de entrenamiento, y preferentemente las horas semanales de trabajo, así como la distribución de la intensidad, esto es, cómo está distribuido ese volumen en las zonas de entrenamiento propuestas, constituyen variables clave. Por otro lado, utilizando la propuesta de Carl Foster de la RPE de la sesión, es posible cuantificar la carga global sesión a sesión, y para las diferentes unidades de periodización.
J. ESTEVE. El tiempo que ha pasado en cada zona. Para ello habría que descontar las pausas, y determinar las zonas de manera válida. Si hablamos de fuerza, la cantidad total de repeticiones a máxima potencia esperable con determinados ejercicios y % de pesos máximos.
C. TUR. Creo que cada entrenador tendrá su fórmula, hay muchos entrenadores que han usado más indicadores subjetivos que objetivos a la hora de medir y cuantificar la carga de entreno y con muy buenos resultados; un ejemplo de ello es Toni Roig (ha entrenado a David Bustos, Mario Avellaneda, Mar Sánchez, etc.) o Javi Bonet (ha entrenado a Miguel Capó, Soraya Pérez, actualmente con Josep Torres, etc.), ambos entrenadores ibicencos y amigos míos, que utilizan totalmente métodos subjetivos (RPE y su observación del deportista). En mi caso me gusta hacer un mix de ambas cosas: sensaciones subjetivas y objetivas que previamente he mencionado.
Y. ALCALDE. Si hablamos de un buen entrenador no existe un mínimo. Volumen, intensidad y densidad son fundamentales en cualquier caso. Si hubiese que elegir, el volumen de entrenamiento es la variable más determinante, es decir, horas de entrenamiento semanales.
Pero no es lo mismo un deporte que otro, ¿cuáles son las diferencias más significativas a la hora de medir?
F. AHUMADA. Es algo que se debe tener en cuenta sin dudas. En relación al volumen y a la distribución de la intensidad, teniendo en cuenta ciertas particularidades, el entrenador se las puede arreglar para medirlas. Tanto la propuesta de Carl Foster (TRIMP) como la de Jonathan Esteve Lanao (ECOS), nos permiten cuantificar la carga en todos los deportes de endurance, y el entrenamiento de fuerza, y precisamente por eso es importante conocerlas y aplicarlas.
J. ESTEVE. Ahí está la “madre del cordero”… que solo conocemos un método más o menos representativo para comparar diferentes modos de locomoción: el Modelo ECOs. Y aún y así tiene limitaciones y es casi imposible validarlo. Pero como todos los modelos… porque el problema mayor es que ningún método es validable, debido a que en la carga y en sus efectos interfieren muchos factores.
C. TUR. Cada deporte tiene sus peculiaridades, por ejemplo tanto en la natación como en la carrera a pie la técnica influyen mucho en el gasto energético, uno de los aspectos claves en el rendimiento del triatleta. A la hora de medir la VAM en atletismo y natación con un crono y distancia conocida puedes obtener unos parámetros válidos para tener ritmos de entrenamientos, en cambio en ciclismo por la multitud de variables (viento, inclinación, etc.) necesitas un potenciómetro para tener datos objetivos y obtener la PAM. Realmente la respuesta sería muy extensa, pero intentaría reducirla a que cada entrenador debería adaptar los condicionantes fisiológicos de cada deporte para poder medir o cuantificar el deporte en cuestión.
Y. ALCALDE. El factor más difícil de cuantificar son los esfuerzos de alta intensidad, ya que si se utilizan pulsómetros no van a quedar suficientemente reflejados por la lenta respuesta cardiaca. En ciclismo, con los medidores de potencia la medición de la carga se puede hacer de forma mucho más precisa. Pero en otros deportes habría que incluir algunas variables más para conseguir una mayor precisión. En carrera, entrenar por potencia es un paso adelante a la hora de cuantificar con más precisión la carga del entrenamiento. Lo importante en cualquier caso es poder usar un sistema de medición de carga lo más automatizado posible, puesto que cuando se trabaja con muchos deportistas es complicado utilizar una hoja de Excel en la que haya que introducir datos de forma manual.
¿Control por potencia solo en ciclismo o también en carrera?
F. AHUMADA. El entrenamiento por potencia en el ciclismo ofrece verdaderamente múltiples ventajas. Sin dudas no es solo tecnología, ya que conozco casos de atletas y entrenadores que disponen de esta tecnología y no consiguen aprovecharla. Una vez más se aplica lo que destaqué anteriormente, es muy importante tanto el conocimiento del entrenador como la experiencia aplicando la tecnología, y los softwares para el control del entrenamiento. En cada sesión de entrenamiento y en cada competición logramos obtener datos muy importantes cuando nuestro atleta utiliza un potenciómetro, no obstante desde mi experiencia continúa siendo muy importante la valoración exacta del rendimiento en el laboratorio y el campo. En relación a la carrera, hemos adquirido recientemente desde IEWG Training un dispositivo Stryd para empezar a trabajar, por lo que no estoy autorizado a decir casi nada. Aplicando mi experiencia del ciclismo, pienso que seguramente al corredor de cierto nivel le brindará una herramienta para controlar mejor en particular los entrenamientos de alta intensidad, las valoraciones del rendimiento, y probablemente su pacing en situaciones en donde el ritmo no es totalmente confiable (cuando hay mucho viento, corriendo en pendiente o en terreno irregular como un sendero).
J. ESTEVE. Es mejor tener mucha información que opinar desde fuera sin datos. Cuanta más información tengamos, mejor. Porque así podemos relativizar el peso de cada una, y aún y así esta interpretación tiene una parte de subjetividad, y otra parte que tiene que ver con el estado de motivación del deportista. Tenemos que saber observar de manera global, saber qué buscamos, y no dejarnos llevar solamente por aquello que queremos encontrar.
C. TUR. La potencia en ciclismo se ha demostrado que es una herramienta imprescindible para medir, trabajar y sacar el mejor rendimiento de muchos deportistas; la potencia a pie es de más reciente innovación, en mi caso hace relativamente poco que estoy trabajando con el sistema Stryd, creo que es interesante ya que puedes medir parámetros como la economía de carrera. Como todo creo que es una herramienta más que debe sumar a los deportistas y que en un futuro próximo irá ganando relevancia.
Y. ALCALDE. Por supuesto que también en carrera. ¿Por qué no? Es un nuevo campo apasionante que va a dar mucho que hablar en breve, sobre todo porque los medidores son mucho más económicos que en ciclismo y porque aportan una información muy útil sobre eficiencia de carrera además de contribuir a un mejor control de la carga de entrenamiento.
¿Cuáles son las herramientas que no le deberían faltar a un buen entrenador?
F. AHUMADA. Pienso que la principal herramienta es el conocimiento. Por estas latitudes (Sudamérica, y puntualmente Argentina), falta mucho de eso. Hace pocos días tuvimos la suerte de compartir una capacitación aquí con el Dr. Juan José González Badillo, y definió al entrenamiento como matemática, física, biología y sentido común, y nos alentó a definirlo en números. Contando con eso, el entrenador puede salvar las condiciones más complicadas en relación a escasez de tecnología. Dicho esto, es claro que los dispositivos como los GPS que nos permiten medir variables como ritmo, velocidad, potencia, desnivel acumulado, potenciómetros y softwares para el control del entrenamiento, le permiten al entrenador medir en las condiciones más específicas variables que antes solo podían medirse en laboratorios de fisiología del ejercicio.
J. ESTEVE. Los conocimientos, la capacidad de actualizarse y las habilidades sociales. Pero como supongo que no me preguntaban eso realmente… entonces diría que alguna metodología confiable y sistemática que incluya ergoespirometría o lactato y que pueda relacionarse con la velocidad, ritmo o potencia, percepción y frecuencia cardiaca para que el deportista ubique bien sus zonas y las extrapole a cualquier situación en cuanto a fatiga y condiciones ambientales.
C. TUR. La primera e indispensable bajo mi humilde punto de vista es la capacidad de analizar lo sucedido. Por otro lado el espíritu crítico y constructivo por ambas partes, tanto el entrenador como el deportista. Por supuesto un afán por mejorar y seguir creciendo como profesional de manera humilde. Para finalizar pienso que la fisiología es un mundo apasionante pero a la vez muy complicado de dominar, creo que es una ciencia o arte en la que nunca 2+2 = 4, por lo que hay que ser conscientes de ello y saber mentalizar a los deportistas de que unos días se puede salir como todo estaba planificado y otros no, lo más importante es saberse sobreponer a los obstáculos.
Y. ALCALDE. Básicamente son tres: 1) Software de análisis y control de entrenamiento avanzado y actualizado con el que se acceda de forma automática a las sesiones de entrenamiento realizadas; 2) Sistema de comunicación fluido con el deportista para adaptar las cargas en función de las sensaciones; y 3) Sistema de evaluación del rendimiento metódico mediante el análisis de datos de entrenamiento y competición así como la realización de algún test de campo de forma periódica.
Respecto al software, ¿qué es lo más importante para que éste sea el adecuado?
F. AHUMADA. Es una muy buena pregunta. De hecho, al utilizar los que están actualmente disponibles, conformamos un equipo de trabajo para crear nuestro propio software para el control del entrenamiento. Desde IEWG Systems consideramos que hay muchos aspectos que no se contemplan en la actualidad, y que terminan derivando en un uso poco eficiente del tiempo del entrenador, que muchas veces literalmente debe “quemarse las pestañas” para integrar toda la información que nos llega de los atletas. En mi opinión el punto clave es que el entrenador pueda integrar todo en un solo software que le permita periodizar y diseñar el entrenamiento y analizar las variables críticas contrastando lo programado con lo realizado por el atleta, para poder tomar decisiones en tiempo y forma.
J. ESTEVE. La principal debilidad es la capacidad de poder comparar deportes y cualidades físicas. Y que las zonas sean reales. No tiene sentido gastarse un dinero importante en herramientas para medir variables que no sabemos a qué zona corresponden de manera confiable, y volcar eso en herramientas que usan estándares y hacen maravillas sobre valores que, de base, no sabemos qué significan. Hay que empezar por tener datos de inicio confiables y relativos a tus zonas (tiempo real en zona real). Y a partir de ahí “jugar” con ello.
C. TUR. En mi caso me gusta que un software te dé la posibilidad de integrar varios parámetros de entrenamiento, de ver diversas variables (carga entreno, potencia, FC, etc.), de la misma manera me gusta que pueda analizar de manera sencilla los parámetros que necesito para cuantificar la carga de entrenamiento. Otro aspecto importante es su facilidad, manejo y practicidad tanto por parte del deportista como del entrenador.
Y. ALCALDE. Es muy importante que sea fácil de usar para el deportista y que incluya un registro sobre la percepción de esfuerzo y niveles de fatiga. Este software debe ser compatible con los diferentes dispositivos que se usan para registrar los entrenamientos (pulsómetros, GPS, medidores de potencia) para que el entrenador tenga estos datos de primera mano y pueda analizarlos. Si el software no solo sirve para analizar el entrenamiento sino que además nos permite planificarlo, es una gran ventaja para el entrenador, puesto que de un vistazo puede ver lo planificado y lo realizado.
¿Cuáles son las diferencias entre el control de la carga en deportistas de élite y en populares?
F. AHUMADA. Me parece también una excelente pregunta. En mi experiencia con atletas de élite puedo plantear que en algunos casos es paradójico, ya que muchos trabajan con menos control que algunos atletas populares o aficionados. Es habitual que los triatletas de los grupos de edad sean muy muy rigurosos en el control de su entrenamiento. No obstante, sin dudas pienso que el atleta de élite que logra su máxima performance es un atleta que busca y desea firmemente mejorar siempre, y pulir todo lo que pueda en un proceso constante. Es importante que los entrenadores eduquen e informen a sus atletas, y si bien me gusta ser muy riguroso con todos independientemente del nivel, sí me parece clave evitar la obsesión en la que caen algunos atletas populares o aficionados, que los lleva en algunos casos a caer en las trampas del dopaje. Cada atleta es un caso particular, y es sumamente importante que en función de su nivel, objetivos y posibilidades, el entrenador determine cuándo le pediremos y exigiremos para buscar o no su máxima performance.
J. ESTEVE. En deportistas aficionados, la potencia/velocidad desarrollada de manera absoluta, valga la paradoja, es un tanto “relativa”. Porque no manifiestan estados estables fisiológicos. Luego “si me salgo de zona” con tal de mantener un promedio de carga externa, el valor de esa carga es mayor. Y hay que saberlo porque irremediablemente otro día, otra semana… no podrá tolerar lo que preveíamos. Otra diferencia teórica son los medios disponibles para estas evaluaciones y control. Digo “teórica” porque hoy día los aficionados pueden usar casi los mismos medios para entrenar que los profesionales (zapatillas, bicicletas…), y también se ha hecho mucho más accesible acudir a los medios que permitan identificar las zonas de entrenamiento y los software o métodos de control de la carga.
C. TUR. En primer lugar creo que un deportista amateur debe saber entrenar por sensaciones y no ser “dependiente” en todo momento de la tecnología. De hecho muchos deportistas profesionales entrenan y toman muchas decisiones en función de sus sensaciones por todos los años que llevan de experiencia y lo bien que se conocen. Por el contrario muchos deportistas amateurs o populares que se inician en el mundo del triatlón están constantemente abstraídos por la tecnología y son incapaces de salir a correr sin un pulsómetro o gps, creo que es un grave error ya que conocerse bien e interiorizar ritmos, sensaciones… es un aspecto clave en cualquier deporte. Como he comentado, las tecnologías ayudan a saber por dónde vamos, a conocer la intensidad exacta en las series o medir las cargas a posteriori, pero bajo ningún concepto debería substituir el conocimiento e integración de cualquier deportista de sus propias sensaciones. Creo que la práctica de autoconocimiento y exploración debería ser básica y primordial en cualquier deportista.
Y. ALCALDE. En los populares, las horas de sueño y el estrés laboral o la carga familiar deben ser muy tenidos en cuenta a la hora de diseñar las cargas de trabajo. En general y debido a que el deportista popular no va a acumular grandes volúmenes de entrenamiento, podemos afirmar que la carga de entrenamiento en estos deportistas nunca va a ser tan elevada como para que su cuantificación sea un factor limitante de rendimiento. Nos referimos a que la carga de entrenamiento de un deportista popular que entrena 8-10 horas a la semana nunca va a ser lo suficientemente alta como para que suponga una variable fundamental de cara a su rendimiento. No estamos diciendo que su control no sea importante, que lo es, simplemente aclarar que con este tipo de deportistas nunca se llega a los estados de fatiga que acumulan los deportistas de élite, con los que el control de la carga es un parámetro mucho más importante a controlar. Aun así, en deportistas populares el control de la carga es clave para conseguir adaptaciones y mejorar. Lo que queremos señalar es que con los deportistas de élite que no tienen limitaciones de tiempo para entrenar la clave para optimizar su rendimiento es conseguir acumular unas cargas de trabajo muy elevadas que no generen sobreentrenamiento y que sean asimilables. Digamos que como entrenadores hay que hilar mucho más fino en cuanto a la carga de entrenamiento con un deportista de élite que con un popular.