Adaptando el triatlón a mi vida cotidiana

(Photo: Matt Roberts/mattrimages.com.au for Icon Events)

Por HILARIO REAL MILLAS (psicólogo deportivo, coach y triatleta). No dejes de visitar su blog www.hilarioreal.com

 

Si me preguntasen qué es lo más importante del triatlón, respondería sin dudarlo que lo fundamental es saber adaptarlo a la vida cotidiana. Parece sencillo de aprender pero no tanto de llevar a la práctica. Este aprendizaje creo que es necesario para la mayoría de los que pasan por este deporte, sobre todo para los coleccionistas de experiencias que buscan decir que han participado en uno.

Mi idilio con el triatlón empezó al mismo tiempo que mis estudios universitarios. Durante aquella época entrenaba duro y sin vivir obsesionado era un asiduo a los campeonatos de España élite. En Australia, ya en la segunda mitad de mis 20´, fue una época de transición. En el triatlón estaba mi trabajo y casi sin quererlo continué compitiendo a gran nivel en paralelo a un buen desarrollo profesional y personal.

El Grupo Inditex se cruzó en mi vida apenas cumplidos los 30 y entonces no dudé en mentalizarme para dedicarle un poco menos de todo al triatlón sin frustrarme por ello. Me hice a la idea de que nunca volvería a ser “élite” ni a competir por las mismas posiciones por las que había luchado hasta la fecha. Con esa realidad empecé a pensar en la larga distancia simplemente para dejar de ser tan competitivo y seguir motivado; éste es un razonamiento que para muchos puede resultar irónico.

Pensar en hacer lo mismo pero más despacio no era muy motivante. Quien compite en este deporte bien sabe que sin un reto no hay ningún triatlón, así que para asegurarme mi permanencia en este fascinante deporte abrí mi mente a una nueva manera de ser triatleta. Mi vida había cambiado notablemente por lo que mi relación con el triatlón, tanto entrenado como competido, debía alterarse con una magnitud equiparable. En la media distancia encontré la manera perfecta de adaptar el triatlón a mi vida cotidiana.

Ir a una competición de media distancia a participar (que no es lo mismo que participar en una competición de media distancia) tiene dos requisitos imprescindibles en mi relación actual con el triatlón:  el desafío suficiente para mantenerme entrenando regularmente y la ausencia de presión por tener que que estar en un alto nivel u obligación por acumular enormes cantidades de kilómetros de entrenamiento. La presión termina trayendo ansiedad y precisamente con el deporte busco liberarme de la que me produce el trabajo, para nada añadir aún más.

Ahora mismo creo que con 7-8 horas de entrenamiento semanales puedo terminar dignamente un par de triatlones en los que se nadan 1,9km, 90km en bici y una media maratón corriendo. Con esa inversión creo que sería imposible por una lado sentirme competitivo en una distancia más corta ni tan solo terminar un Ironman.

Aurea mediocritas, conformarse con lo que se tiene y no dejarse llevar por las emociones desproporcionadas. Me gusta más ese planteamiento que el ya conocido “impossible is nothing” Quizá no lo hay pero no quiero que el sentido de mi vida gire en torno a alcanzar “imposibles” en el deporte.

 

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