“CADA LATIDO CUENTA PARA ALCANZAR EL MÁXIMO RENDIMIENTO DEPORTIVO”

 

La Universidad Europea ha inaugurado recientemente su espectacular centro i-SHAPE, todo un referente en salud y rendimiento, con equipamiento innovador como el sistema VICON de captura de movimiento en 3D o la electromiografía inalámbrica DELSYS que permite analizar la biomecánica humana en tiempo real con máxima precisión. También cuenta con el sistema MITOVIT, basado en entornos de hipoxia controlada, utilizada para optimizar la recuperación muscular y el descanso.

A continuación Alejandro Martín Paino, fisioterapeuta y educador físico del i-Shape, nos desvela las pruebas clave para evaluar con precisión la capacidad cardiovascular y musculoesquelética del atleta.

 

¿Qué pruebas o mediciones consideras esenciales para obtener una visión global del rendimiento físico de un atleta, tanto a nivel cardiovascular como musculoesquelético?
  • Ergoespirometría (Prueba de esfuerzo con análisis de gases): Evalúa el VO₂max, el umbral anaeróbico y la eficiencia metabólica.
  • Electrocardiograma en ejercicio (ECG): Analiza posibles alteraciones cardíacas en respuesta al esfuerzo físico. 
  • Variabilidad de la frecuencia cardíaca (HRV): Indica el estado del sistema nervioso autónomo y la capacidad de recuperación.
  • Pruebas músculo-esqueléticas esenciales.
  • Dinamometría: Evalúa la fuerza máxima de grupos musculares clave. 
  • Plataformas de fuerza: Miden producción de potencia en ejercicios como saltos o sprint.
  •  Electromiografía (EMG): Registra la actividad eléctrica de los músculos para detectar desequilibrios o deficiencias de activación.
  • Análisis biomecánico: Cámaras de alta velocidad y sensores de movimiento para evaluar técnica y eficiencia del movimiento.

¿Cuáles son los principales indicadores que pueden servir para cuantificar el estado de forma y la evolución de un deportista?
  • VO₂máx: Máximo consumo de oxígeno durante ejercicio incremental. Representa el límite aeróbico de producción de energía y su adaptación al entrenamiento se traduce en mejor eficiencia mitocondrial.  Umbral ventilatorio 1 y 2 (VT1 y VT2): Momentos clave en la transición metabólica entre la respiración aeróbica y anaeróbica. VT1 indica el inicio de acumulación de lactato, mientras que VT2 marca el punto crítico de acidificación muscular y fatiga.
  • Índice de fuerza y potencia muscular (Dinamometría y plataformas de fuerza): Evalúan la producción de potencia en ejercicios como sprint y salto vertical.

¿Qué papel juegan la nutrición y la hidratación a la hora de maximizar el rendimiento y acelerar la recuperación?

La nutrición y la hidratación optimizan el rendimiento al garantizar la disponibilidad energética, la función neuromuscular y el equilibrio hidroelectrolítico, además de acelerar la recuperación mediante la síntesis proteica, la reposición de glucógeno y la reducción del estrés oxidativo.

¿De qué manera contribuye la monitorización continua del rendimiento a prevenir lesiones y detectar signos de fatiga o exceso de carga?

La monitorización continua del rendimiento es clave en la prevención de lesiones y la gestión de la fatiga, permitiendo una evaluación en tiempo real de la carga de entrenamiento y la respuesta fisiológica del atleta.

En cuanto a la prevención de lesiones, podemos detectar  desequilibrios biomecánicos. El análisis cinemático con sensores inerciales y plataformas de fuerza ayuda a identificar patrones de movimiento que pueden predisponer a lesiones.

También podemos tener un mayor control de sobrecarga estructural. La evaluación de fuerza mediante dinamometría y electromiografía (EMG) permite detectar déficits musculares y evitar compensaciones lesivas, además de un mayor seguimiento de la variabilidad en la ejecución, ya que cambios en la técnica de movimiento pueden indicar fatiga neuromuscular y riesgo de lesión.

¿Cómo podemos gestionar esa fatiga y exceso de carga?
  • Monitorización de la variabilidad de la frecuencia cardíaca (HRV): Un descenso en la HRV refleja una activación excesiva del sistema nervioso simpático, indicando falta de recuperación.
  • Análisis de indicadores bioquímicos: La medición de lactato, creatina quinasa (CK) y cortisol permite detectar estados de estrés metabólico y muscular.
  • Evaluación del rendimiento en tareas repetitivas: La disminución de potencia en pruebas de esfuerzo repetidas (Índice de fatiga) indica acumulación de carga.

 

¿Cómo han influido las nuevas herramientas de medición (wearables, tests genéticos, análisis de datos, etc.) en la forma de valorar y mejorar las capacidades físicas de los deportistas? Las nuevas herramientas de medición han revolucionado la evaluación y optimización del rendimiento deportivo, permitiendo un análisis más preciso y personalizado de las capacidades físicas de los atletas.
  • Wearables y sensores biométricos:

Los dispositivos portátiles, como pulsómetros, acelerómetros y sensores de variabilidad de la frecuencia cardíaca (HRV), han mejorado la monitorización en tiempo real de la carga de entrenamiento. Estos datos permiten ajustar la intensidad del ejercicio, prevenir el sobreentrenamiento y optimizar la recuperación.

  • Tests genéticos y perfil fisiológico:

El análisis genético ha permitido identificar predisposiciones individuales a la fuerza, resistencia y riesgo de lesiones. Con esta información, los entrenadores pueden diseñar programas de entrenamiento más específicos, adaptando la carga según la capacidad de recuperación y respuesta muscular del atleta.

  • Análisis de datos y modelado predictivo:

El uso de inteligencia artificial y algoritmos de aprendizaje automático ha facilitado la interpretación de grandes volúmenes de datos fisiológicos y biomecánicos. Esto permite predecir el rendimiento futuro, ajustar la planificación del entrenamiento y detectar patrones de fatiga antes de que se conviertan en lesiones.

¿Las técnicas que se aplican a los deportistas de élite se pueden aplicar también a deportistas aficionados? ¿Hay diferencias?

Las técnicas utilizadas en el entrenamiento de deportistas de élite pueden aplicarse a deportistas aficionados, pero con ciertas adaptaciones y diferencias clave. Mientras que ambos grupos buscan mejorar el rendimiento, la individualización de la carga, la capacidad de recuperación y los objetivos son factores determinantes en el enfoque de entrenamiento.

Volumen e intensidad de entrenamiento: Los atletas de élite manejan cargas muy elevadas con alta frecuencia, mientras que los amateurs requieren una progresión más controlada para evitar el sobreentrenamiento.

Monitorización y análisis de datos: En el alto rendimiento se emplean tecnologías avanzadas como análisis de lactato, EMG y test de VO₂max, mientras que en aficionados se priorizan métricas básicas como percepción del esfuerzo y ritmo cardíaco.

Estrategias de recuperación y nutrición: La élite cuenta con protocolos rigurosos de recuperación (crioterapia, terapia de compresión, planificación nutricional avanzada), mientras que en aficionados se enfatiza la gestión del descanso y una nutrición equilibrada.

¿Qué consejos darías a quienes deseen optimizar su rendimiento físico a largo plazo, más allá de un resultado puntual?
  • Planifica con visión a largo plazo: Diseña un programa progresivo que integre fases de desarrollo aeróbico, fuerza y velocidad, evitando picos de carga que comprometan la adaptación fisiológica.
  • Prioriza la calidad sobre la cantidad: Un volumen excesivo sin control puede generar fatiga acumulada y aumentar el riesgo de lesiones. Mantén sesiones eficientes con objetivos claros.
  • Entrena de manera integral: No te enfoques solo en una capacidad física. La combinación de fuerza, movilidad, resistencia y estabilidad mejora la eficiencia biomecánica y reduce el riesgo de sobrecarga.
  • Escucha las señales del cuerpo: La monitorización de variabilidad de la frecuencia cardíaca, percepción del esfuerzo y recuperación muscular ayuda a ajustar la carga y evitar el sobreentrenamiento.
  • Nutrición y descanso como pilares: La correcta ingesta de macronutrientes y la recuperación activa (sueño reparador, hidratación, terapia de recuperación) son fundamentales para sostener el progreso.
  • Evalúa y ajusta constantemente: La optimización del rendimiento requiere un seguimiento regular con métricas fisiológicas y de rendimiento para ajustar el programa según la respuesta del atleta.
  • Ponte en manos de profesionales cualificados que te enseñen y te guíen en cada uno de los procesos.

En el i-shape, ¿cuáles suelen ser vuestras metodologías y cómo trabajáis con los deportistas de élite?

El trabajo con deportistas de élite requiere un enfoque interdisciplinario que integre medicina deportiva, entrenamiento, biomecánica, fisioterapia y nutrición, permitiendo una optimización del rendimiento y una prevención efectiva de lesiones.

  • Evaluación fisiológica avanzada: Se realizan pruebas de ergoespirometría, electrocardiograma y ecocardiograma, además de la variabilidad de la frecuencia cardíaca (HRV)  para evaluar su capacidad cardiovascular, eficiencia metabólica y adaptación al entrenamiento, minimizando riesgos y optimizando su rendimiento, además de para determinar la capacidad aeróbica y anaeróbica del atleta. 
  • Biomecánica aplicada: Se emplean sensores inerciales, plataformas de fuerza y análisis de movimiento 3D para detectar deficiencias técnicas y mejorar la eficiencia motriz.
  • Entrenamiento individualizado: Se diseñan programas específicos basados en modelos de periodización, ajustando cargas según la respuesta fisiológica del deportista. 
  • Fisioterapia y prevención de lesiones: Se aplican técnicas de readaptación funcional, terapia manual y recuperación activa para minimizar el impacto del entrenamiento.
  • Nutrición personalizada: Se integran estrategias de hidratación, suplementación y ajuste de macronutrientes según las demandas metabólicas del deporte.

 

▶️Ver vídeo de inauguración del i-Shape: