KIPRUN KD900X LD2: «VELOCIDAD EN LOS PIES»

 

Por José Enrique Quiroga

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KIPRUN es la marca de rendimiento de DECATHLON para atletismo y running, símbolo siempre de alta calidad. En 2022, Yoann Kowal, el primer atleta de KIPRUN, colaboró en el diseño de una zapatilla, la KD900X LD, para su primer maratón de Londres, que combinaba dinamismo, amortiguación y ligereza. Y gracias a ese diseño colaborativo, KIPRUN ha llevado el rendimiento al siguiente nivel. Ahora han mejorado esta versión para ofrecer aún más comodidad, reactividad y capacidad de impulso, ayudando a todos los corredores a superar sus récords personales: así nace la KD900X LD2.

UPPER:

Upper súper ligero y minimalista, perforado y muy transpirable.

De textura rígida para asegurar un mayor ajuste a nivel de empeine.

Zona de cordonaje diseñada en ligera diagonal, en base a la biomecánica del pie, lo que mejora el ajuste en empeine. Con cordones planos rígidos.

Logos reflectantes de KIPRUN termosellados, presentando una estética muy llamativa.

En el talón no incorpora contrafuerte, lo que aporta un mayor minimalismo, aunque sí una protección alta que finaliza en un tirador. En el interior de la zona del talón (collarín), se añaden almohadillas antideslizantes para una mayor suavidad y comodidad.

 

La lengüeta lleva las mismas almohadillas que en el talón, aportando un plus de comodidad. Va suelta, es decir, no está anclada a los laterales, pero sí lleva la trabilla central para que no se mueva.

La plantilla es muy fina, de tan solo 3mm y sin exceder dimensiones, no es anatómica, por lo que redunda en una sensación más natural.

Hay que destacar que la versión anterior de estas zapatillas, habían recibido algunos comentarios sobre molestias y rozaduras en la zona del tobillo y el talón, lo cual se ha tenido muy en cuenta para realizar ajustes en el exterior y el diseño actual, destacando ahora un confort muy alto y la ausencia total de rozaduras, lo cual ha sido validado por todos los probadores asegurando que la zapatilla está lista para cumplir con las expectativas de los corredores.

 

MEDIASUELA:

La mediasuela de las KIPRUN KD900 LD2 se basa en la espuma VFOAM PLUS y en una placa de de carbono completa CARBON PLATE.

El VFOAM PLUS es un compuesto de espuma que absorbe de forma magnífica los impactos y proporciona una gran rebote. La amortiguación es realmente muy buena.

La geometría de la placa de carbono está muy bien diseñada, se flexiona y devuelve la energía en cada paso, ofreciendo un rebote muy efectivo a distintos ritmos de carrera. Es completa, con buena curvatura y no excesivamente rígida.

Perfil muy alto, según las medidas que hemos tomado, 37 mm en talón y 33mm en metatarso, lo que deriva en un drop de 4mm. El tacto es muy suave aunque con la firmeza suficiente.

Otro detalle de la geometría de la mediasuela y placa, y por ende de la zapatilla, es el rocker delantero (altura de la punta que provoca el efecto «balancín»), que tiene una altura de 50 mm.

Tal como podemos apreciar en la siguiente ilustración, la mediasuela está formada por dos capas superpuestas, con un saliente pronunciado tras el talón. Y entre ambas capas, se sitúa la placa de carbono.

SUELA:

La suela exterior tiene muy poquito perfil, con el fin de no añadir peso. Está configurada a base de tres piezas, la más grande abarca toda la zona de metatarso y dedos y las otras dos, más pequeñas, comprenden la zona del talón, con una suave ranura entre ambas. El resto de la suela está libre de caucho, por lo que es el propio material de la mediasuela con un suave dibujo. 

Las piezas de caucho de la suela están perforadas por múltiples pequeños agujeros en forma de rombo, para así proporcionar un mejor agarre y tracción.

En la zona del talón, aparte de esa pequeña hendidura longitudinal entre ambas piezas de caucho, desde ahí y hasta el mediopié la mediasuela tiene una perforación medial que deja ver la placa de carbono.

👉 ANÁLISIS Y VALORACIÓN:

Tal como siempre hacemos, en primer lugar vamos a tomar medidas a la zapatilla con el objetivo de valorar algunos de los parámetros que pueden tener más incidencia en el rendimiento en carrera, para lo cual, utilizaremos principalmente calibre y báscula. Todas las medidas las hemos tomado en unas zapatillas de la talla 9.5 USA, que son las que hemos probado.

Comprobamos que su peso es de tan solo 225g, una pluma teniendo en cuenta su perfil tan alto de mediasuela. Como siempre nos gusta recordar, el peso de la zapatilla es un parámetro muy determinante para la eficiencia de carrera, ya que influirá en el consumo de oxígeno por una parte, y en la reactividad de la pisada por otra.

No vamos a calcular el Índice Minimalista, ya que para este tipo de zapatillas y su objetivo de rendimiento, no es un parámetro que se deba tener en cuenta. Aunque sí son muy destacables, en una zapatilla de perfil más maximalista como ésta, ciertos elementos minimalistas de gran importancia como son: bajo peso, ausencia de elementos rígidos correctores de la pisada, upper ultraligero…

Un parámetro que sí nos gusta medir siempre es el diferencial que existe entre la anchura de la mediasuela y la anchura del upper en la zona metatarsiana, para relacionarlo después con la altura de la mediasuela/suela en esa misma zona. Con ello, obtendremos buena información sobre el potencial de la zapatilla en cuanto a amortiguación, estabilidad y reactividad/respuesta. Recordad que las medidas tomadas son en una talla 9.5 USA, que son las zapatillas que hemos probado.

En la zona del metatarso, la anchura del upper es de 100mm y la de la mediasuela/suela de 115mm, lo que nos da un diferencial de 15mm (esto es el total de mediasuela/suela que sobresale del upper sumando lo de ambos lados, mirando la zapatilla desde arriba). Este valor de 15mm, tradicionalmente se ha relacionado con la capacidad reactiva de la zapatilla en el impulso, si bien su importancia es mayor si hablamos de estabilidad, ya que con un perfil tan alto de mediasuela (33 mm en la zona del metatarso) se hace recomendable un diferencial de no menos de 10mm para no comprometer la estabilidad, y al mismo tiempo, un diferencial no muy superior a 115mm para no interferir con la reactividad, lo cual cumple bien la KIPRUN KD900X LD2.  Y es que cuanto más altura tenga la zapatilla (más alejado el pie del suelo), teóricamente tendrá menor estabilidad, lo cual se contrarresta con unadecuado diferencial en la anchura upper/mediasuela.

La altura de la mediasuela en la zona de pisada del talón es de 37mm (importante señalar que actualmente World Athletics permite un máximo de 40mm para las competiciones en ruta y de 20mm para las competiciones en pista). En la zona de metatarso el perfil es de 33 mm (siempre según nuestras propias medidas, no tenemos medidas oficiales), lo que supone un drop de 4mm. Se trata de un drop bajo que aporta un cierto toque «minimalista» y una mayor naturalidad en la pisada.

Sin embargo, cualquier medida tomada no se puede analizar de forma independiente, ya que lo que afecta al rendimiento en la carrera es el conjunto en sinergia de toda la geometría de la zapatilla, y la KIPRUN KD900 LD2 lo cumple muy bien.

La curvatura de la placa de carbono, colocada entre ambas capas de espuma de la mediasuela, presenta un buen efecto «balancín», con un buen rocker anterior de 50 mm, que es la curvatura del conjunto mediasuela/suela que va desde el metatarso hasta la puntera, es decir, 5 cm de altura desde la línea horizontal del suelo hasta la puntera. Esto hace adelantar el centro de gravedad al pisar con la zona metatarsiana y, potenciar, por lo tanto, la fase de impulso. Al colocar el centro de masas sobre la vertical desde la zona del metatarso, la zapatilla ayuda a acelerar la última parte (subfase) de la fase de contacto del pie en el suelo (leer artículo sobre fases de la carrera), es decir, la propulsión propiamente dicha, creando un efecto «inercia» catapultado por la acción de la placa de carbono, que hace correr muy fluido y muy rápido.

En relación con lo anterior y hablando de la técnica de carrera óptima, vamos a señalar que, más que tener en cuenta el tiempo de contacto total del pie (zapatilla) con el suelo, lo importante es ver qué porcentaje de ese tiempo es el que dedicamos a propulsar y cuánto tiempo pasa desde que comenzamos a absorber el impacto; y luego, de esa absorción del impacto qué porcentaje se retorna en energía elástica y con qué fuerza nos impulsa. Es decir, no es solo el factor tiempo (tiempo de contacto), porque paradójicamente, el tener el pie más tiempo en el suelo podría resultar beneficioso en el sentido de que aplicamos la fuerza más tiempo, siempre y cuando esto nos retorne más energía elástica de la que estamos produciendo. Importante aquí es el concepto de «Duty Factor», que es la relación entre el tiempo de contacto y el tiempo de vuelo, más importante que el tiempo de contacto por sí solo, ya que para correr rápido lo que necesitamos es aplicar mucha fuerza sobre el suelo y que ésta sea devuelta en forma de impulso, porque si corremos con los pies apenas tocando el suelo, generaremos menos impulso.

Todos estos conceptos están bien aplicados en las KIPRUN KD900 LD2, facilitando un retorno de la energía elástica del impacto que se traduce de una forma rápida y efectiva en propulsión. Esto es gracias a la sinergia de tres elementos: la espuma de alto rendimiento VFOAM PLUS, la placa de carbono y la buena geometría.

La placa de carbono es completa, con forma de cuchara, que es como se ha mostrado una mayor efectividad, pero no se aprecia excesivamente rígida sino algo más «dinámica».

Y en cuanto a la geometría, a destacar, como ya comentábamos, el rocker anterior de 50 mm en la mediasuela, con un drop bajito de tan solo 4 mm y una zona del mediopié muy «liberada», sin ningún tipo de pieza estabilizadora, lo que permite una pisada muy natural y efectiva, favoreciendo una rápida transición en la fase de propulsión. Esto es algo que se aprecia exponencialmente al aumentar el ritmo de carrera. 

No son unas zapatillas diseñadas para corredores talonadores, ya que para aprovechar y beneficiarse bien de los efectos propulsivos que proporciona la geometría de la placa de carbono, y la espuma VFOAM PLUS, se hacen «necesarios» unos apoyos marcados con una entrada del pie en el suelo más de mediopié o antepié y que no se alejen de la vertical del centro de masas.

Desde el punto de vista más práctico y personal, hablando de sensaciones subjetivas, al calzarnos las zapatillas lo primero que notamos es su gran ligereza y su gran ajuste del upper, invitando a correr rápido y con mucha naturalidad.

En resumen y hablando ya de aplicación práctica, se trata de unas zapatillas diseñadas para obtener el mejor rendimiento en carrera a ritmos altos, con una amortiguación muy suave y una inercia y efecto propulsivo bien logrado.  Las sensaciones son siempre de impactos muy suaves pero firmes y muy propulsivos, con una gran sensación de efecto rebote.