ADIDAS ADIOS PRO 3: «EL RETORNO DEL REY»

 

Por Miguel Marne

Ni somos J.R. Tolkien ni esto es El señor de los Anillos, pero hubo un tiempo en el que la oscuridad pareció cernirse sobre la marca germana. Hace menos de una década presentaban la tecnología “Boost” aplicada al calzado deportivo (la creación del material fue obra de la marca “BASF”), y daban un golpe en la mesa en un momento en el que las principales marcas luchaban por hacerse con el mercado de la “comodidad”. Y es que estas nuevas tecnologías proporcionaban amortiguaciones cada vez más sensibles y reactivas, incorporando al mercado multitud de nuevos modelos que podíamos “doblar y plegar” cada vez más. Y Adidas dio un paso por delante con el Boost, incorporándolo a gran parte de su gama de zapatillas y creando un escaparate difícil de igualar.

Mientras tanto, la competencia no descansaba, y el trabajo, el I+D y las horas de test, dieron sus frutos. Aparecieron las placas de carbono y los nuevos materiales a base de microfibras, inyección de gas comprimido y otras tecnologías que convirtieron los “EVA” y los “Boost” en parte del pasado. O al menos los desplazaron mediáticamente. Se dejó de pensar en términos de comodidad y se pasó hablar casi en exclusividad de eficiencia, retorno de energía, retraso de la fatiga muscular, etc. En definitiva, rendimiento.

Y nada más lejos de la realidad. Los récords, algunos de ellos que habían perdurado durante décadas, empezaron a caer. Empezamos a hablar por primera vez de doping mecánico en el atletismo, de poner límites al desarrollo tecnológico, de homologación de marcas…, y vimos cómo el precio de un par de zapatillas alcanzaba valores que hace no tanto tiempo habríamos calificado de “broma macabra”. Pero debemos concluir en este sentido que esta situación se ha normalizado, sabemos lo que compramos y, por supuesto, sabemos que va a haber un retorno. Porque sí, y la experiencia, los estudios y los récords lo avalan, nuestro rendimiento mejora. Otro asunto es cuánto, cuándo y bajo qué condiciones, pero de eso ya hablaremos en otro momento.

Y en medio de este escenario, Adidas demostró que la historia encumbró a esta marca no por un capricho del destino, sino porque es sinónimo de atletismo, de rendimiento y de récord. Y para demostrarlo irrumpió en el mercado la Adidas Adios Pro. Y desde el primer momento no hubo dudas: era una zapatilla que estaba a la altura de las circunstancias, y que no había venido para ser presea de plata, sino para luchar y estar en lo más alto. Hoy analizamos su última evolución: la Adidas Adios Pro 3.

 

UPPER

El upper se construye con una malla Celermesh 2.0. Esta evolución de su predecesora ofrece una alta transpirabilidad y su avanzado diseño proporciona una ligereza que se evidencia en cuanto se toca. La adaptación al contorno del pie es buena y la sujeción es responsabilidad de un sistema tradicional de cordones que en las dos primeras vueltas sustituye los agujeros por un anclaje de hilo que recuerda al de otros modelos de la competencia y que siempre es garantía de estabilidad. Veremos más adelante que éste es uno de los factores que contribuye a lo que consideramos el mayor logro de esta zapatilla.

Las distintas partes que conforman el puzzle con el que se construye el upper están termoselladas, y esa ausencia de costuras favorece la comodidad que encontramos en el interior de la zapatilla, evitando posibles rozaduras o molestias. Además, añade una banda de almohadilla que protege una zona tan sensible como es el talón, siendo éste el único punto con protección extra. El resto tiene un diseño minimalista que basa su comodidad en la sujeción que se proporciona al pie, y por lo tanto la reducción de puntos sometidos a fricción indeseada. Tan solo encontramos una zona con refuerzo y es la puntera, lo cual previene los temidos agujeros provocados por la dilatación y la frenada.

La lengüeta es minimalista pero cómoda, construida con un material muy suave y ligero. Sin embargo, no podemos dejar de pasar por alto el único “punto débil” de esta zapatilla. Y es que no se encuentra ningún punto de anclaje de la lengüeta con el upper, permitiendo su deslizamiento en carrera. Es cierto que éste no se produce fácilmente dado el ajuste y las características de los materiales, que no favorecen ese desplazamiento, pero sí que entorpece la maniobra de introducción del pie. Y esto en algunos deportes como el triatlón, es un factor muy decisivo.

MEDIASUELA

Adidas comenzó su última revolución con la introducción del «Lihgtstrike» en la mediasuela, que ha evolucionado en el «Lightstrike Pro» que incorpora esta última versión. Un material super ligero, con una reactividad muy marcada y una amortiguación excepcional, que además aporta una mayor durabilidad y estabilidad. Es parte de esta nueva ola de materiales que promete como parte de sus virtudes un retraso de la fatiga muscular, que se traducirá por lo tanto en un retraso del temido colapso en la larga distancia.

Este material se concentra en la mediasuela anterior, aportando estabilidad y amortiguación a la zona metatarsiana. No se olvida la amortiguación en la parte del talón, que será necesaria cuando la técnica empiece a degenerar, pero sí se elimina parte de este material en la zona del puente, aprovechando la ausencia de apoyo en esta zona y traduciéndose ello en una pequeña ventaja al poder rebajar así unos gramos en el peso total.

No se olvida el carbono y el efecto palanca que esta solución, ya globalizada en la mayoría de los fabricantes, aporta en la fase de despegue, con su consecuente recuperación de energía. Aquí Adidas introduce un elemento diferenciador que la distingue de sus competidores: los «Energyrods 2.0». Esta solución sustituye la placa completa por unas varillas de carbono que conforman una matriz que sigue la superficie plantar desde el talón y a lo largo de los metatarsos. De esta manera se independiza la respuesta del carbono a lo largo del ancho del pie y se reduce material.

La geometría de la zapatilla puede caracterizarse a través de las siguientes dimensiones:

Drop: medimos un “stack” de 40-41mm en el talón y 34mm en el metatarso, obteniendo un drop de algo más de 6mm, que se corresponden con los 6,5mm que anuncia la marca. Se trata de un drop intermedio, entre los 4mm y los 8mm que suelen encontrarse en este tipo de zapatilla. Cabe resaltar la dificultad que encontramos normalmente a la hora de tomar estas medidas, ya que deben tenerse en cuenta muchos factores (apoyo de la suela, elevación del material de la mediasuela por encima de la plantilla, depresión en la zona de apoyo posterior, etc.). Por ello, en ocasiones pueden aparecer medidas que superen los 40mm permitidos por World Athletics en la zona del talón, aunque partimos de que son modelos en comercialización y aprobados previamente para competir bajo las condiciones específicas para las que se han diseñado.

Base: la proyección de la zapatilla nos da 84,5mm en el talón, 73mm en el puente y nada menos que 120mm en la zona del metatarso. Este último no pasa desapercibido, y es significativo del que hemos encontrado como principal ventaja de la Adios Pro: la zona del metatarso. Ésta ofrece una estabilidad y amortiguación excepcionales, que suponen una ventaja clara en carrera.

Rocker: tenemos un “heel rocker” de 29 mm y un “nose rocker” de 50mm, que siguen la tendencia del mercado en zapatillas de competición orientadas al fondo, con un “balancín” muy pronunciado tanto en la parte anterior como en la posterior, facilitando las fases de aterrizaje y sobre todo, la de despegue. El impulso adicional que proporciona en carrera es evidente, y el adelanto de nuestro centro de gravedad beneficia la eficiencia de nuestra carrera.

SUELA

La suela reduce a la mínima expresión la cantidad de material que se utiliza para conseguir el agarre necesario. Se trata de una suela “Continental”, garantía de durabilidad y agarre, con tres zonas diferenciadas: la de la puntera, con un material específico para la protección de esta zona; la parte del metatarso, donde el material llama la atención por su gran capacidad de agarre, proporcionando al tacto una sensación de rozamiento muy marcada; y la zona del talón, con este mismo material pero repartido estratégicamente para que cubra solamente las zonas de apoyo y ahorrar también así algunos gramos de peso.

Como en otros modelos de este segmento, vemos cómo el concepto de suela ha cambiado radicalmente, siendo uno de los puntos donde las marcas optimizan de manera cuidadosa el material y las zonas de aplicación de éste, centrándose en los puntos de apoyo y aquellos que puedan ser más susceptibles de desgaste, mientras que dejan al descubierto la mediasuela allí donde a priori no van a ser necesarios.

ANÁLISIS

Hasta ahora hemos analizado desde un punto de vista objetivo esta zapatilla que Adidas dio a sus corredores estandarte para llevarla a lo más alto del podio allí donde compitieran, y los hechos demuestran que tuvieron éxito en su empresa. Por ello calzarse esta zapatilla infunde respeto, ya que se sabe que puede pasar cualquier cosa menos rodar tranquilo.

Ponernos la zapatilla nos lleva a una sensación de “ajuste” y ligereza muy agradable. Y es aquí donde aparece, a nuestro juicio, el único punto débil que presenta. Se trata de la lengüeta, que a pesar de ser agradable al tacto y ligera, y no haber percibido ningún desplazamiento o doblez en carrera, presenta solamente un punto de anclaje con la malla del upper. Este hecho, lejos de ser determinante, no facilita una introducción ágil del pie, lo cual puede considerarse como un pequeño inconveniente si por ejemplo, de ello depende una rápida transición en deportes como el triatlón o el duatlón. En cualquier caso, la sensación de comodidad una vez atadas es excelente, y se observa cómo el upper envuelve el pie y se adapta a él.

Parados evidenciamos esa ligereza que proporcionan los materiales de construcción y un diseño que optimiza el peso a través de ganancias residuales (aplicación de la suela, protecciones optimizadas en el interior, recortes de material en la mediasuela allí donde no aportan ventaja en carrera, etc.)

La zapatilla tracciona perfectamente en asfalto, sin ningún desplazamiento aparente en curvas y la sensación de transferencia es completa. El compuesto Continental cumple con su función y evita deslizamientos innecesarios que resten eficiencia a nuestra zancada. No se echa de menos el grip en ninguna zona de la suela, por lo que aparentemente el reparto de compuestos como se ha mencionado previamente es el oportuno. Eso sí, mejor no intentar un “fuera de pista”, ya que en este terreno las virtudes mencionadas desaparecen como hacía suponer la completa ausencia de relieve en planta.

Como no puede ser de otra manera, hay que analizar en detalle el carbono que arma Adidas en su zapatilla. Como ya hemos mencionado, se trata de los innovadores EnergyRods. Las sensaciones que produce esta matriz son distintas a las producidas por las placas completas de la competencia. No tenemos una percepción tan evidente del efecto “catapulta” en la fase de despegue. Podría parecer que por lo tanto se estaría desaprovechando parte de esa eficiencia adicional que nos proporciona, pero nada más lejos de la realidad. Es fácil distinguir en carrera esa ayuda adicional, sobre todo en los primeros metros, cuando la zancada es “fresca” y es mas evidente percibir esa variación en la técnica que provoca el impulso adicional.

Finalmente tenemos que hablar de lo que nos ha parecido la obra maestra de Adidas en esta zapatilla. Se trata de su amortiguación frontal. El reparto del Lightstrike Pro, la perfecta estabilidad en recta y giros, su eficiencia y comodidad, junto con una reactividad prodigiosa, convierten a la Adios Pro 3 en el mejor soporte para acumular kilómetros al ritmo que nos propongamos. Es increíblemente cómodo mantener una técnica correcta ya que la disposición que presenta el conjunto de materiales facilita un aterrizaje correcto, sin talonar, relajando el esfuerzo que soportan los tensores del pie, y permitiendo un despegue cómodo a la par que reactivo.

CONCLUSIONES

Nos hemos encontrado una zapatilla que facilita la dinámica de carrera, una zapatilla que retrasa la fatiga y el desgaste muscular, una zapatilla que conjuga perfectamente los últimos avances tecnológicos que han asaltado el mundo del atletismo en los últimos años. De una manera global no podemos poner “peros” a esta evolución del “caballo ganador” de Adidas.

Si las comparamos, procurando la mayor objetividad posible dentro de la subjetividad que ello conlleva, estamos sin duda con una de las dos o tres mejores zapatillas que conocemos. Adolece de algo de respuesta con respecto a sus competidoras (que montan placa completa) pero proporciona una amortiguación exquisita, reactiva y estable, potenciada sobre todo en la zona del pie que más lo demanda cuando nuestra técnica es correcta. No es el upper que mejor aloja el pie (puede mejorarse el tacto de la malla y sobre todo, la lengüeta) pero la sujeción es buena y no aparece ningún punto de fricción interno.

Todas las características mencionadas la convierten en una perfecta compañera para asaltar cualquier distancia de fondo. Fuera del óvalo, donde los clavos son por lógica la mejor opción, podremos asaltar con garantías cualquier distancia y, por supuesto, podremos afrontar el reto del maratón sabiendo que contamos con la mejor tecnología de nuestra parte para mejorar la eficiencia de carrera y retrasar la fatiga muscular.

En cuanto a los ritmos óptimos de rodaje, es evidente que cuanto más rápido corramos más nos beneficiaremos de las ventajas que otorga la Adios Pro 3, pero podemos disfrutar de estas ventajas también a ritmos no tan exigentes, cercanos a los 4:30’/km.

FICHA TÉCNICA (datos oficiales):

  • Upper: Celermesh 2.0
  • Mediasuela:
    • Lightstrike Pro
    • Energyrods 2.0 (matriz a base de varillas de carbono que ofrece mayor rigidez y estabilidad que su predecesor).
  • Suela: Continental™ (Agarre con garantías en las zonas de mayor solicitación).
  • Peso: 230 gr.
  • Drop: 6,5 mm