La edad metabólica indica el estado del cuerpo a nivel fisiológico, la verdadera salud del organismo. Cuando este índice es mayor que la edad cronológica de una persona, significa que los hábitos de vida que está siguiendo son poco saludables y están afectando al correcto funcionamiento de su cuerpo. Conocer este dato es un buen aliciente para decidir emprender una rutina más sana. De cara al futuro, una buena edad metabólica es aquella en que el organismo se cree más joven de lo que en realidad es. A pesar de ello, la nutricionista de Zagros Sports María Sánchez Maroto explica que “he visto a pacientes con 25 años y un metabolismo de una persona de 40”. Para evitarlo, detalla en qué se basa este índice y cómo mejorarlo por medio de ejercicio físico y una dieta equilibrada.
La edad metabólica está marcada por el metabolismo basal de cada uno, es decir, el mínimo de energía que el cuerpo necesita para funcionar eficientemente en reposo. Cuanto mayor sea este valor, más calorías y grasa corporal se quemará con cualquier actividad deportiva, haciendo más eficiente le organismo. La comparación de la tasa de metabolismo basal personal con la media por edad, dará como resultado el nivel de envejecimiento del cuerpo, o edad metabólica.
Que el cuerpo tenga una edad más avanzada puede suponer problemas para la salud si no se toman medidas preventivas. Según la experta esto puede ser indicativo de un mayor riesgo cardiovascular o de la necesidad de reducir la grasa que rodea los órganos vitales, el nivel de grasa visceral. También puede dar pie al diagnóstico de enfermedades como la diabetes, la hipertensión o alguna anomalía cardiovascular. Pero, además del cálculo de la edad metabólica, Sánchez Maroto remarca la importancia de hacer una entrevista dietética y de estilo de vida, incluyendo actividad física, estrés, tabaco…, a cada paciente para llegar a conocer los posibles riesgos a los que se enfrente y cómo reducirlos.
A más masa muscular, menos edad metabólica
Para conseguir un organismo más sano y joven la respuesta es acelerar el metabolismo por medio del aumento de la masa muscular con ejercicio diario y una correcta alimentación.
Desde la perspectiva del deporte, un entrenamiento eficaz permite la creación de tejido muscular sano, del tejido denominado metabólicamente activo. Cuánto más tejido muscular se desarrolle, más calorías se quemarán, acelerando así el metabolismo y favoreciendo un mejor funcionamiento de los procesos vitales. Para quienes quieren reducir la edad de su cuerpo, la nutricionista de Zagros Sports recomienda contar con el asesoramiento de un entrenador personal que pueda pautar los ejercicios más adecuados según las necesidades y objetivos de cada uno. De esta forma se aprecian resultados en un menor plazo de tiempo y es posible incrementar de forma progresiva la intensidad sin que el ejercicio suponga un riesgo para la salud. En estos casos, las rutinas de entrenamiento más convenientes son aquellas que combinan ejercicios cardiovasculares, para aumentar la resistencia, con series de fuerza. Un ejemplo de un deporte que ha demostrado importantes beneficios es el HIIT o entrenamiento a alta intensidad por intervalos.
En cuanto a pautas de alimentación, “debemos ser conscientes de los nutrientes que nos aportan los alimentos que ingerimos y priorizar aquellos que tengan más propiedades beneficiosas” sostiene María Sánchez Maroto. Por ello, los alimentos procesados, con altos niveles de azúcares y grasas deben quedar reducidos a la mínima expresión. La recomendación de la experta es individualizar la dieta según cada persona en base a sus necesidades y el deporte que practique. Por ejemplo, los entrenamientos más exigentes requerirán un mayor aporte de proteínas para superar con éxito el esfuerzo. A esto se suma la importancia de un descanso óptimo para garantizar la recuperación del tejido muscular y una adecuada actividad hormonal, entre otros.
En general, adquiriendo unas costumbres más sanas es posible tomar mejores decisiones en torno al consumo de calorías, el sedentarismo o cómo mantener la masa muscular.
La báscula de impedancia desvela la composición del cuerpo y su edad
La forma más rápida y sencilla de conocer la edad metabólica del organismo es por medio de una báscula de bioimpedancia que permita realizar un análisis completo de la composición corporal. Su técnica se basa en las propiedades eléctricas del cuerpo y la estructura de los distintos tejidos. Como el agua es muy buen conductor y los músculos, huesos y vasos sanguíneos tienen un gran porcentaje de agua, la corriente emitida por sus dos electrodos fluirá sin problema. Al revés que ocurre con el tejido graso. La resistencia que ofrecen las masas de grasa al paso de la corriente es el valor que mide la báscula para ejecutar su posterior análisis.
Además, existen otros marcadores biológicos, como la resistencia a la insulina, la presión arterial o los niveles hormonales, que permiten medir el nivel de envejecimiento. En su conjunto dan sentido a la importancia de realizar un estudio bio-físico a quienes practican por primera vez actividad física para valorar su condición física y el ejercicio que resultará más efectivo, así como su intensidad y frecuencia.