El ciclista británico se quitó de encima nueve kilos justo antes de empezar a despuntar como el mejor del panorama mundial y ganar los cuatro Tours, la Vuelta a España o el Giro de Italia.
Chris Froome era un buen ciclista del pelotón, pero no uno de los más destacados hasta que una cosa cambió, su peso. De la noche a la mañana el británico bajó nueve kilos, y a partir de ahí se consolidó como el gran hombre del momento y uno de los mejores de la historia, marcando la década del 2010 con cuatro Tours de Francia (2013, 2015, 2016 y 2017), una Vuelta a España (2017) y un Giro de Italia (2018), entre otras cosas.
Ahora mismo es cierto que hay pocas esperanzas de que el inglés vuelva a despuntar como lo hacía antes en el INEOS Grenadiers, que seguirá siendo una de las referencias absolutas de la próxima temporada ciclista, con unas apuestas en directo que solo podrá igualar, seguramente, el Jumbo-Visma Team. Pero, no hay que descartarle todavía de alguna lucha importante en carreras más cortas que las tres grandes.
Cambió el ciclismo profesional
Desde que comenzara su carrera deportiva en el 2007, hasta que de verdad despuntó, pasaron cuatro años en los que el inglés y su círculo entendieran de verdad que este tenía un cuerpo de campeón y solo necesitaba moldearlo. Esto se ve muy reflejado en sus clasificaciones generales de las Grandes Vueltas, pasando de un trigésimo sexto puesto como su mejor marca hasta el 2009, a competir por la Vuelta a España en el 2011 y a partir de ahí sumar prácticamente todo éxitos. Un cambio radical que vino precedido por esa pérdida de nueve kilos en la que estuvo presente el fisiólogo William Fotheringham, una de las personas más influyentes de sus triunfos posteriores.
Precisamente fue en ese 2010 cuando Froome fue capaz de modificarse fisiológicamente lo suficiente como para convertirse en el gran campeón que después fue. De hecho, cambió la idea del ciclismo junto con el antiguo Team Sky, ahora INEOS Grenadiers, poniendo de moda esas mediciones de w/kg que tan importantes han sido desde entonces para el mundo profesional.
Quiere volver a ser competitivo
Ya sumido en su nueva aventura, en el Israel Start-Up, el británico busca recuperar sensaciones y poder pelear de nuevo por las victorias en carreras destacadas. Siendo un hombre muy competitivo, su intención pasa por demostrar que aquel grave accidente del 2019 no va a poder con él y que todavía puede sumar algún triunfo relevante en el panorama mundial. La duda está en saber si le dará para pugnar con los mejores o ya a sus 35 años, está ante una de sus últimas temporadas en el ciclismo profesional.
Y lo que sí que está claro es que él tiene la ambición como para revertir esta situación y poner todo su empeño en tener una retirada a lo grande, como un ciclista de su entidad se merece después de una carrera tan dura y bonita como la suya, que comenzó a despuntar con esos nueve kilos perdidos en el 2010.