Fuente: Comunicación Javier Gómez Noya
Foto: Facebook Javier Gómez Noya
Tras el largo viaje desde Madrid iniciado el viernes 20 de septiembre con escala en Los Ángeles, Javier Gómez Noya (a quien acompañan su pareja neozelandesa Anneke Jenkins, su entrenador Carlos David Prieto y su fisio el extriatleta de elite Óscar Vicente) llegó sin problemas a la isla grande de Hawaii para poder aclimatarse adecuadamente durante dos semanas y entrenarse en los recorridos que afrontará el sábado 13 de octubre. El gallego ya conoce desde fuera lo que es este Ironman, ya que ha estado dos veces como espectador, pero para su debut como participante y además aspirando a la victoria, era necesario ese período de dos semanas.
Están alojados a unos ocho kilómetros por la costa al sur del punto de la salida y meta, lo ideal para tener los recorridos al lado pero con cierta tranquilidad al no estar en pleno centro neurálgico. Los entrenamientos que está realizando no son ya para mejorar su nivel, sino simplemente para ir al ritmo de competición en partes del recorrido: “los primeros días fueron muy suaves, para adaptarme al cambio horario. Ya al final de la semana he hecho sesiones más largas con algún tramo a buen ritmo pero sin llegar a las distancias del Ironman. En bici tres horas y media el miércoles ha sido lo más largo que haga y corriendo quiero hacer unos 24 kilómetros el viernes de esta semana. Desde ahí hasta el martes haré sesiones tranquilas con algún toque de intensidad; y ya desde el miércoles simplemente será mover el cuerpo sin forzar, para llegar bien descansado al sábado”. Por tanto, no ha hecho esa sesión de carrera de ocho repeticiones de un kilómetro a 2’50” que ha circulado por las redes sociales; fue una broma de Sebastian Kienle para picar a Lionel Sanders y Patrick Lange; hacer eso sería contraproducente ante un Ironman pero mucha gente, incluso medios de comunicación digitales, se lo creyó y lo publicaron.
En la semana previa al Ironman también tendrá que cumplir con los habituales compromisos con prensa, patrocinadores (por ejemplo la presentación mundial de la bici que va a usar, la última versión de la “cabra” Specialized Shiv, con la que ya ha estado entrenándose) y actos de la organización, algo a lo que está acostumbrado de tantos otros triatlones, pero que en Hawaii teniendo en cuenta la expectación que hay por su debut van a tener gran repercusión.