Reportaje: «Maratón, la carrera de los prodigios»

Artículo publicado en el número 54 de la revista Sportraining (mayo/junio 2014). Autor: MIGUEL CASELLES

Hace 2.504 años que el soldado Filípides inició en la llanura de Marathon aquella carrera infinita que preservaría la ‘democracia’ en la antigua Grecia. La leyenda dice que el bravo Filípides murió súbitamente tras cumplir su misión. No es cierto… Filípides sigue corriendo en los lugares más insospechados. La carrera de los prodigios no entiende de fronteras ni de dificultades. Se estira por ciudades, montañas, desiertos, selvas, regiones polares, sobre hielo flotante, bajo tierra, incluso en la Estación Espacial Internacional… Desde luego los “42” son el pretexto y los límites geográficos el destino.

 

Marathon: Kilómetro Cero

Milcíades, el general ateniense que mandaba las tropas que defendían Atenas no esperó en la ciudad. Partió con sus diez mil hombres al encuentro de los cincuenta mil persas que estaban desembarcando en la llanura de Marathon. Llegaron rápido gracias al entrenamiento atlético de sus soldados capaces de correr portando sus pertrechos de combate. De camino en su ayuda avanzaban las milicias hermanas de Esparta. No llegaban. No quedaba tiempo. Así que Milcíades lanzó a sus falanges a la carrera desde una colina que dominaba el recién apostado frente persa.

Cartel del 2500 aniversario del origen de la carrera de Maraton_©Victoria Sánchez
Foto: Cartel del 2500 aniversario del origen de la carrera de Maraton

Con velocidad y estruendo llegó la columna hoplita (milicia ciudadana armada) al choque cuerpo a cuerpo en una hábil estrategia envolvente que dejó sin respuesta al pesado ejército persa. La inesperada victoria sobre el poderoso invasor dio alas al pequeño ejército griego. En marcha de nuevo. ¡Inmediatamente! Previsiblemente las naves persas contraatacarían en los puertos de la propia Atenas. Alguien debía dar el aviso. No había tiempo que perder.

Milcíades envió a su mejor ‘hemerodromo’ (mensajero-corredor) con la noticia de la victoria. También con la urgente orden de que la población en masa saliera a puertos y colinas con antorchas. Si Atenas parecía protegida el invasor daría media vuelta. La agónica carrera de Filípides y su leyenda habían comenzado…

Esbozado, así pudo acontecer el episodio que data del año 490 antes de la era cristiana y que ha llegado hasta nuestros días salpicado de hipótesis. Lo que parece claro es que aquella batalla y la agónica carrera de aquel mensajero marcaron el devenir de la civilización occidental. Esencialmente por la salvaguardia de una forma de convivencia social denominada ‘democracia’ que precisamente allí nació, en Atenas, en la antigua Grecia.

La carrera infinita

Desde que la precursora carrera del soldado Filípides (según algunas versiones pudo haber sido un tal Tersipo) se convirtiera en la prueba reina de los Juegos Olímpicos Modernos, la carrera de maratón ha brotado en todas partes y en todas superficies. Los 42 kilómetros, las 26 millas, del maratón se suman a la carrera en calles, montañas, desiertos, selvas, bajo tierra, en la Estación Espacial Internacional… Incluso se ha creado el ‘Grand Slam Marathon’, un circuito internacional que consiste en completar una competición de maratón en cada uno de los siete continentes (África, Asia, América del Norte, América del Sur, Europa, La Antártida y Oceanía) y en el Polo Norte.

Por esa razón los maratonianos de todo el mundo están convocados el último domingo de octubre donde todo surgió, en el Kilómetro Cero del Maratón Clásico de Atenas. Allí se  celebra la efeméride de la más popular de las carreras que ya pasa de los 25 siglos de historia. Miles de corredores llegados de de todos los rincones del mapamundi acuden cada año a Grecia con el empeño de repetir la hazaña del celebre mensajero, sobre sus mismos pasos. El encendido del pebetero con la ‘Llama del Maratón’, símbolo de la Paz mundial y los valores del maratón, pone en marcha un fin de semana inolvidable. Atenas, a modo de museo al aire libre, se vuelca con su maratón y con las conmemoraciones de aquel episodio histórico que les mantuvo en pie como sociedad de vanguardia. Mareas de espectadores desbordaron carreteras y calles animando y regalando ramas de olivo a los corredores, en símbolo de respeto y de Paz.

Como colofón al esfuerzo de tantos deportistas, reencarnados en avatares de la antigüedad, el arco de meta se sitúa en pleno centro de Atenas, dentro del Estadio Panatenaico. También llamado Kalimarmaro (bello mármol), fue reconstruido con motivo de los primeros Juegos Olímpicos de la Era Moderna sobre los restos del estadio de la antigua Atenas, que acogía los Juegos Panatenaicos en honor a la diosa Atenea. Las fotos más solicitadas son las de los atletas que para tan señalado evento corren caracterizados con el atuendo del célebre mensajero-corredor. De fondo, los acordes de la aplaudida película ‘Zorba el griego’ siempre resuenan emocionantes.

Corredores con el atuendo de Filípides en el Atenas Marathon_©Victoria Sanchez
Foto: Corredores con el atuendo de Filípides en el Atenas Marathon (Victoria Sanchez)

Objetivo Atenas

Con el discurrir de los años, aquellas interminables cuatro decenas de kilómetros a las que Filípides se enfrentó hace 2.504 años, se han estirado hasta los oficiales “42, 195” de la carrera reina del Atletismo. Para rematar esa cifra, el Maratón Clásico de Atenas en sus primeros compases rodea, a modo de homenaje, el túmulo funerario donde reposan los 192 soldados hoplitas muertos en la famosa batalla. Desde la ciudad de Marathon a la de Atenas el trayecto cruza pequeñas localidades y campos de cultivo sumando kilometradas en cuesta, llaneos y favorable descenso en los últimos diez mil metros.

Si bien la primera prueba de maratón se consagró en los primeros Juegos Olímpicos Modernos, celebrados en Grecia  en 1896, el Maratón Clásico de Atenas se instaura oficialmente en 1983. Desde entonces se organiza anualmente en memoria de Grigoris Lambrakis, parlamentario griego, médico y comprometido activista por la Paz y los Derechos Humanos, además de gran atleta.

El porqué de este homenaje póstumo se remonta al 21 de abril de 1963, fecha en que el Movimiento Pacifista de Grecia organiza la primera ‘Marcha Maratoniana por la Paz’ (de la ciudad de Marathon a la de Atenas). La policía cargó contra los manifestantes y detuvo a muchos de ellos. Lambrakis, al poseer inmunidad parlamentaria, marchó solo entre amenazas hasta el final portando una pancarta con la palabra ‘Grecia’ y el símbolo de la Paz. Un mes después sería asesinado por miembros parapoliciales de extrema derecha. Desde entonces el espíritu luchador de Grigoris Lambrakis permanece en el corazón del pueblo griego como símbolo nacional de Democracia y Paz.

No cabe duda que el acontecer de la milenaria carrera del mensajero Filípides está unido a valores que superan lo meramente deportivo. Así lo refrendó Pierre de Coubertin, aquel emprendedor visionario que viajó por todo el Mundo hablando de Paz y hermandad entre los hombres, con el trasfondo de la práctica deportiva. No cejó en su empeño hasta que logró organizar una extraordinaria competición con deportistas de todos los países que rotaría por todo el Mundo: los primeros Juegos Olímpicos de la Era Moderna, inspirados en los JJ.OO. de la antigua Grecia. El griego Spiridon Louis, un humilde vendedor ambulante de agua, fue quien grabó su nombre para la posteridad como primer campeón olímpico de maratón.

¡Hemos vencido!

Aquellos librepensadores que reinventaron la carrera de Filípides para las generaciones futuras, transformando una acción de guerra en una acción deportiva de Paz, pusieron en marcha una imparable correa de transmisión internacionalista de valores humanos, justicia social y concordia que sigue creciendo con la celebración de cada maratón.

Siglos después de que el moribundo Filípides entregase su mensaje gritando “¡Nenikékamen!” (¡Hemos vencido!), millares de corredores, cuyo sueño deportivo es entrar en la leyenda del maratón, repiten ese grito de triunfo en cada nuevo maratón. Por supuesto que hay otras competiciones de larga distancia, de mucha más distancia y de mayor complejidad, pero ninguna con el trasfondo histórico y social que posee la genuina carrera de Maratón… ¡LARGA VIDA AL MARATÓN!

 

Volcano Marathon (en el desierto de Atacama)_©Mike_King
Volcano Maratón (en el desierto de Atacama)
Great Wall Marathon (más de 5.000 escalones a lo largo de la Muralla China)_©Adventure-marathon.com
Great Wall Marathon (más de 5.000 escalones a lo largo de la Muralla China)

 

Runners cross the Verrazano Narrows Bridge at the start of the ING New York City Marathon Sunday, Nov. 2, 2008 in New York. (AP Photo/Jason DeCrow)
Maratón de Nueva York

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *