Por José Enrique Quiroga Díaz
1º – Describir el músculo o músculos que se van a trabajar y el movimiento que realiza.
2º – Nombrar el ejercicio que se va a realizar.
3º – Describir el ejercicio (de forma verbal o visual)
4º – Establecer la posición de inicio y la estabilización, siguiendo un orden ascendente (extremidades superiores) o descendente (extremidades inferiores), respecto a las articulaciones.
*Importante: no se trata de que imiten los ejemplos sino de que sientan el ejercicio y sean conscientes de lo que están ejercitando
5º – Movimiento, guiar en el movimiento, pero reforzando constantemente las indicaciones anteriores de estabilización.
6º – Intervalo de recorrido: enseñar los límites de ROM (debido a límites anatómicos, fisiológicos o biomecánicos).
7º – Percepción de cansancio y pérdida de control neuromuscular. Control entre la posición intermedia de la contracción concéntrica y la excéntrica.
8º – Añadir resistencia. Enfocar la estabilidad de las articulaciones más cercanas al peso. Enseñar la estabilidad mediante palpación.
9º – Manipulación de la intensidad: explicar las variaciones a través de los cambios en la carga, en el número de repeticiones y de series, en la recuperación, en los cambios de ROM.
10º – Progresión, conocimiento y límites: enseñarles a no tener miedo de encontrar sus límites. Para que comprendan los límites del ROM, la resistencia, la estabilización, etc., es importante que perciban el punto en el cual empiezan a perder parte de su forma correcta. Poner a prueba los límites (con mucho cuidado) para poder progresar.
“PRACTICA LO QUE PUEDES HACER BIEN, PERO SE CONSCIENTE DE LO QUE NO”