¿Os imagináis nadar 10 kilómetros en aguas abiertas y a 14 grados, salir y coger una bici para hacerse después 150 kilómetros? ¿Y si al día siguiente 280 kilómetros más en bicicleta? ¿Y si para rematar, el tercer día correr 2 maratones seguidos, es decir, 84 kilómetros sin parar? ¿Os lo imagináis? Pues esta prueba existe y se llama Ultraman. Y en la próxima edición en Gales, competirá un español, Roberto Gonzalez Moreira.
Si consigues una de las privilegiadas 32 invitaciones en alguna de las dos ediciones que únicamente se realizan a nivel mundial, y logras salir vivo de esos tres frenéticos días, podrás considerarte un Ultraman. Acceder al ultraman ya es de por si una dura batalla…, ya que los aspirantes deben, como mínimo, acreditar haber finalizado en el año previo a la prueba, 2 Ironman (3,8 km de natacion+180 km de bici+ 42 km corriendo), alguna travesía a nado de mínimo 7 kilómetros y alguna prueba de ultrafondo más… Roberto, además de las citadas, ha realizado diferentes y exigentes pruebas como los 100 km del Desierto de Namibia, la Desert Run, la ascensión al Kilimanjaro en 16 horas, la maratón del Circulo Polar. Con todo eso, ya solo queda enviar el currículum y esperar a ver si eres uno de los 32 «afortunados» en ser seleccionados.
Si ya de por sí es una prueba de esfuerzo extremo que tan solo 6 españoles han logrado terminar en toda su historia, Roberto González Moreira ha decidido realizarla con un equipo de asistencia (obligatorio debido a las distancias y exigencia de las etapas) muy especial… El equipo está compuesto por los amigos de su pequeño pueblo próximo a Madrid y de apenas 5000 habitantes, donde ya os podéis imaginar el revuelo ocasionado, y pese a que la inmensa mayoría de sus miembros no practica deporte de manera habitual, ni han salido ni tan siquiera de España, este futuro ultraman ha decidido que esta aventura solo sería completa si se planteaba desde el prisma de juntar a unos amigos desde la infancia en un lugar tan recóndito como Gales, donde se celebrará el Ultraman el próximo 31 de agosto.
Por si las dosis de aventura y valores como la amistad no fuesen suficientes, el equipo estará completado con un miembro con Síndrome de Down, en un intento de dar visibilidad a un colectivo del que a menudo nos olvidamos y que, como reza el espíritu que subyace a este tipo de pruebas, son un permanente ejemplo de superación y esfuerzo.