En el mundo del deporte, tanto si compites a nivel a amateur como si compites por una medalla olímpica, hay un factor que a menudo se subestima, pero que es tan crucial como el propio entrenamiento: la nutrición.
Comer bien no es simplemente una cuestión de estar sano, comer bien es la gasolina que tu cuerpo necesita para, no solo rendir al máximo, también para recuperarse eficazmente y, en última instancia, alcanzar las metas deportivas que te hayas propuesto, una correcta nutrición para atletas nos ayudará a estar un poquito más cerca de nuestro sueño deportivo.
Para optimizar este aspecto fundamental, contar con el asesoramiento de un nutricionista deportivo va a marcar la diferencia entre un buen rendimiento y uno extraordinario.
Para muchos, la idea de una dieta para deportistas nos hace pensar en platos aburridos y restricciones severas. Sin embargo, la realidad de la nutrición deportiva moderna, como la que promueven en Bocause, se aleja de los «milagros» para centrarse en la creación de hábitos sostenibles y planes 100% personalizados. Una dieta aburrida, es más fácil de que acabe no haciéndose, ¿de qué sirve una dieta si vas a abandonarla a las dos semanas?, una dieta que sea todo lo contrario, se convertirá en un hábito, un hábito que nos ayudara a mejorar nuestro rendimiento deportivo.
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¿Los atletas son todos iguales?, sus dietas, tampoco
Pensemos en la variedad de disciplinas que engloba por ejemplo el atletismo. ¿Tienen las mismas necesidades nutricionales un velocista que se prepara para una explosión de 100 metros lisos que un maratoniano que enfrenta 42 kilómetros de resistencia pura? La respuesta es más que evidente, es un claro y rotundo no.
El velocista, cuyo esfuerzo es anaeróbico y de máxima intensidad, requiere una dieta que potencie la fuerza y la explosividad. Aquí, la ingesta de proteínas de alta calidad es fundamental para la construcción y reparación muscular, combinada con carbohidratos de fácil asimilación para tener energía disponible de forma inmediata antes del entrenamiento o la competición.
Por otro lado, el fondista o maratoniano es un atleta de resistencia. Su principal combustible son los carbohidratos complejos, que le proporcionan energía de liberación lenta y sostenida para aguantar kilómetros y kilómetros. La estrategia de «carga de carbohidratos» en los días previos a una gran carrera es un ejemplo clásico de cómo la nutrición se adapta a las exigencias de la prueba. Además, la hidratación y la reposición de electrolitos perdidos a través del sudor se vuelven absolutamente críticas.
Incluso dentro del medio fondo, las necesidades varían. Un corredor de 800 metros, por ejemplo, necesita una combinación que soporte tanto la velocidad como la resistencia, un equilibrio delicado que un plan nutricional a medida puede ayudar a conseguir.
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El valor de un guía experto en tu camino
Aquí es donde entra en juego la figura del nutricionista deportivo. Intentar navegar por el mar de información (y desinformación) sobre nutrición puede ser abrumador y contraproducente. Un profesional como el equipo de Bocause no te dará una dieta genérica sacada de un cajón, sino que analizará tus objetivos, tu estilo de vida, tu disciplina deportiva y tus características individuales para crear un plan que funcione para ti.
Los beneficios van más allá de un simple menú. Un buen nutricionista te enseña a comer, a entender qué necesita tu cuerpo y cuándo lo necesita. Te ayuda a optimizar la recuperación, un factor clave para poder encadenar entrenamientos de calidad sin caer en el sobreentrenamiento o las lesiones.
Además, puede asesorarte de forma científica y segura sobre la suplementación, desmitificando productos y recomendando solo aquello que realmente puede aportarte un beneficio.
Da igual si eres un atleta amateur que busca mejorar sus marcas personales como si eres un profesional que vive por y para el deporte, cuidar tu nutrición es una de las inversiones más inteligentes que puedes hacer. Dejar este aspecto en manos de expertos te permitirá centrarte en lo que más te gusta: correr, saltar o lanzar, con la confianza de que a tu motor no le faltará el mejor combustible.
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