ESTRATEGIAS DE ACLIMATACIÓN PARA COMPETIR EN AMBIENTES CALUROSOS Y HÚMEDOS

Foto: Adidas

 

Artículo publicado en la revista Sportraining nº 95 (marzo/abril 2021). Autores: Carles Tur, Facundo Ahumada y Fernando Mata.

 

En los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, Paula Radcliiffe una de las maratonianas favoritas a la medalla de oro, se tuvo que retirar a mitad de prueba debido a dolores abdominales, sensación de estómago hinchado y con urgencia para acudir al baño. La maratón de Atenas se disputó con temperaturas de 35º y un 31% de humedad relativa. Durante la semana previa Paula estuvo tomando AINES (antiinflamatorios no esteroideos) para tratar una dolencia en su pierna, según datos publicados; el motivo de su abandono pudo ser debido al uso de los AINES o bien a una falta de aclimatación al calor.

Desde la perspectiva de rendimiento y de salud, competir en este tipo de ambientes puede conllevar a disminuciones de rendimiento notables, problemas gastrointestinales severos y golpes de calor. Para muchos deportistas profesionales y equipos es clave prepararse y adaptarse para competir en eventos calurosos como: Tour de Francia, Copa del mundo de futbol o Campeonatos del mundo que se realizan en localidades con temperaturas hostiles y en las que se puede llegar a una pérdida de rendimiento de entre el 6-16 % (Racinais y cols, 2012).

Por ello, en este artículo profundizaremos y analizaremos las mejores estrategias para adaptarnos al calor, así como los aspectos fisiológicos más relevantes para realizar una correcta estrategia de aclimatación.

 

Estrategias de adaptación al calor

Esta preparación debe focalizarse en las estrategias de aclimatación al calor, para poder competir con mejor rendimiento y evitar un posible golpe de calor. En cuanto a las estrategias de adaptación al calor encontramos dos principales: aquellas que se realizan en entornos artificiales (cámaras climáticas o saunas) y se conocen como “Heat Acclimation o aquellas que se realizan al aire libre (lugares cálidos) conocidas como “Acclimatisation”.

Las estrategias que se llevan a cabo en una cámara climática o saunas tienen como principales ventajas un mejor control de las condiciones ambientales, mayor facilidad para monitorizar la respuesta termorreguladora, así como el estímulo para la adaptación.

Por otro lado, las estrategias realizadas al aire libre cuentan a su favor con que se pueden realizar en el lugar de la competición, y tienen una fácil monitorización de la respuesta térmica por parte del deportista.

El mayor problema de las estrategias de aclimatación, es que no todos los deportistas de élite y/o amateurs pueden tener acceso un cámara climática o sauna para poder realizar dicha estrategia. Por lo tanto, su opción será realizar la adaptación climática en lugares al aire libre.

Ambas estrategias inducen a una adaptación fisiológica y atenúan las disminuciones de rendimiento causadas por las competiciones con ambientes muy calurosos.  Las principales adaptaciones fisiológicas se producen en el cuerpo humano en diferentes niveles; Adaptaciones sanguíneas (mayores niveles de plasma), Mayor tolerancia a competir en ambientes calurosos, menor permeabilidad intestinal, Mayor protección miocárdica, adaptaciones de procesos termorreguladores como aumento en las tasas de sudoración, adaptaciones cardiovasculares y mejores adaptaciones centrales y periféricas a nivel de temperatura (Oliver y cols, 2020).

 

Consideraciones para aplicar estrategias de aclimatación

Diversos consensos científicos han concluido, que las estrategias de aclimatación deben realizarse diariamente durante 60 min durante el entrenamiento y con una duración mínima de una semana, siendo lo ideal una duración de dos semanas para tener los efectos deseados a nivel de termorregulación y de rendimiento deportivo (Racinais y cols, 2015).

La mayoría de estudios científicos que han evaluado los protocolos de adaptación al calor se han realizado en protocolos cortos de adaptación (4-7 días); además de estos protocolos de una semana de duración existen dos tipos más de protocolos: los medios (8-14 días) y los largos (>15 días). La recomendación por parte de los fisiólogos y científicos es que la duración de los protocolos esté acorde con la duración de las pruebas a competir, ya que la duración del protocolo de adaptación tendrá mejores efectos para pruebas con una duración larga. Así, los protocolos de más de 15 días, serían adecuados para aquellos deportistas de resistencia que tengan que competir en pruebas con una duración superior a 2 horas y en ambientes calurosos.

Por otro lado, es importante tener presente que todo protocolo de adaptación tiene su duración y efecto en el organismo hasta producirse la temida desadaptación fisiológica. Asimismo, los efectos de la desadaptación al calor empiezan a evidenciarse 2-4 semanas después de la aclimatación y en función de la duración del período de aclimatación (Weller y cols, 2017). Esta reducción se ha observado que es menor en aquellos deportistas con mayor nivel de entrenamiento. Además, realizar recordatorios de períodos de aclimatación al calor ha resultado ser una estrategia importante para retener los efectos fisiológicos durante semanas y consecuentemente evitar perder las adaptaciones fisiológicas obtenidas durante un mayor período de tiempo.

Planificación de aclimatación al calor para competir

Las consideraciones que un entrenador o fisiólogo deberían tener presente para aplicar una buena estrategia de adaptación son diversas: valorar la duración y la temperatura dónde se va a competir para decidir si el protocolo debe ser más corto o largo, valorar la respuesta fisiológica que el deportista tiene mediante análisis de parámetros objetivos y subjetivos, tener presente qué medios se tienen para poder monitorizar la temperatura interna (sensores de temperatura), etc .

Un ejemplo de planificación para un deportista que acude a competir a un lugar caluroso sería iniciar un protocolo de aclimatación de 5-7 días de estimulo realizado 2-3 semanas antes de acudir a la competición y realizar algún recordatorio de 1-2 días algunos días antes de la competición. 

Es importante mencionar que los diferentes protocolos deben siempre individualizarse teniendo presente la tolerancia y respuesta fisiológica del deportista, ya que la aclimatación al calor representa un estrés importante a la carga diaria de entrenamiento. Es de vital importancia, valorar la duración e intensidad del protocolo que se pauta al deportista y valorar su correcta asimilación ya que muchas veces puede causar una fatiga notoria que conlleve a una disminución significativa de su rendimiento (Saunders y cols, 2019; Casadio y cols, 2017).

Consideraciones prácticas
  • Competir en ambientes calurosos puede llevar a pérdidas significativas del rendimiento deportivo del 6-16%, así como a la retirada por golpe de calor y/o problemas gastrointestinales.
  • Cuanto mayor es la duración de un protocolo de adaptación, mayor tiempo durará en el organismo del deportista.
  • A mayor nivel de entrenamiento las pérdidas fisiológicas derivadas de la adaptación al calor serán menores.
  • Las pérdidas de adaptación al calor empiezan a ser notorias 2-4 semanas post período de aclimatación.
  • Realizar recordatorios de adaptación al calor (1-2 días) es una buena estrategia para mantener las adaptaciones conseguidas.

Conclusiones

Cuando se compite en ambientes calurosos es importante realizar adaptaciones para poder competir con la menor pérdida de rendimiento deportivo. Cada entrenador o fisiólogo deberá estudiar qué métodos, duración e intensidad del período de aclimatación será el más ideal para no comprometer el rendimiento del deportista en competición.

 

Bibliografía:

  • Casadio, J; Kilding, A; Cotter, J; Laursen, P. From Lab to Real World: Heat Acclimation Considerations for Elite Athletes. Sports Med (2017) 47:1467-1476
  • Consultado el 20 de enero de 2021: https://www.theguardian.com/sport/london-2012-olympics-blog/2012/mar/21/50-stunning-moments-paula-radcliffe
  • Gibson, O;James, C; Mee, J; Willmott, A; Turner, G; Hayes, M; Maxwell N.. Heat alleviation strategies for athletic performance: A review and practitioner guidelines. Temperature (Austin). 2020; 7(1): 3–36.
  • Racinais S, Mohr M, Buchheit M, et al. Individual responses to short-term heat acclimatisation as predictors of football perfor- mance in a hot, dry environment. Br J Sports Med. 2012;46(11):810–5
  • Racinais S, Alonso JM, Coutts AJ, et al. Consensus recommen- dations on training and competing in the heat. Scand J Med Sci Sports. 2015;25(S1):6–19.
  • Saunders U,P , A Garvican-Lewis L  Chapman F R,  Périard DJ.  Special Enviroments: Altitude and Heat.  J Sport Nutr Exerc Metab. 2019 Mar 1;29(2):210-219.
  • Weller AS, Linnane DM, Jonkman AG, et al. Quantification of the decay and re-induction of heat acclimation in dry-heat fol- lowing 12 and 26 days without exposure to heat stress. Eur J Appl Physiol. 2007;102(1):57–66.