finalizaron con éxito los campeonatos de europa multideporte Ibiza 2018

Por Joan Rius Sant

Entre el 20 y 27 de octubre de noviembre  la Isla de Ibiza  ha sido la sede de los Campeonatos de Europa Multideporte 2018, en diferentes modalidades del triatlón. Una estructura de  campeonato que posibilita competir en un mismo día y entorno a las élites continentales de cada modalidad  con deportistas  de todos los niveles y categorías de edad.

Las pruebas se han celebrado en diferentes  poblaciones de la costa ibicenca,  una opción  excelente para conocer y disfrutar de diversos  parajes representativos de la isla pese a la  complejidad que suponía para la organización cambiar cada día de sede.  Un gran reto organizativo que asumió y superó con creces  la Federación Española de Triatlón.

Antes de comenzar el campeonato las tormentas, que afortunadamente no fueron tan fuertes  como en  la vecina Mallorca, afectaron algunas de las instalaciones que habían preparado para las pruebas, algo que pasó desapercibido para los deportistas puesto que se solucionó a contrarreloj con  total eficacia. La misma  eficacia que demostró durante toda la semana la Federación Española de Triatlón para coordinar el  complejo engranaje  que implicaba sincronizar  los servicios de cada municipio,  los diferentes  equipos de trabajo  desplazados de diferentes puntos de España y los desplazamientos de voluntarios, atletas y equipos de jueces a cada punto de la isla.

Abrió el campeonato el  duatlón en la población de Santa Eularia, que ocupó  dos jornadas, el día 20 para las categorías élite y júnior, además de la modalidad Sprint para los grupos de edad; y el día 21  fue el turno  para la los paratriatletas y los grupos de edad. Con las zonas de transición y de meta situadas en el centro del núcleo urbano, posibilitó  que el ciclismo recorriese una parte antes de salir a una carretera interior. Gran parte del tramo  de carrera transcurrió  por el paseo peatonal al borde del mar a la vista de numeroso público que paseaba o lo miraba sentados desde los balcones de sus casas o desde las terrazas de bares y restaurantes.

El duatlón cross del día 22  se celebró en  Sant Joan y  el triatlón cross del 25  salía de  Cala Bassa, en el municipio de Sant Josep de Sa Talaia. Ambas transcurrieron en unos entornos naturales  idílicos de calas y  pinares de  bosque Mediterráneo  que se asomaban sobre el mar por caminos pedregosos  y empinados que llevaban de nuevo a la playa. En los descensos por los estrechos y sinuosos caminos  por donde transcurría la carrera sorprendía la agilidad con la que los paratriatletas  bajaban a tumba abierta con las prótesis que suplían  la pierna amputada.

Fue un acertado aliciente ubicar la salida del acuatlón en el mar. Competidores, jueces y algunos periodistas subimos al barco en el puerto de Sant Antoni  hasta las boyas de salida. Los duatletas saltaron desde el barco al agua de las más variadas y lúdicas formas;  alguno se atrevió con un mortal atrás. Esperaron la salida en la imaginaria línea entre boyas como si se tratara de una regata de vela.

La climatología durante estos días fue óptima tanto para los participantes como para el público, voluntarios y  organizadores,  hasta el fatídico sábado cuando los elementos se confabularon en contra del evento. Se llegó a plantear suspender la prueba reina, el triatlón de media distancia,  cuando el sábado amaneció con una tormenta de agua y viento que dejaba  una parte el circuito de ciclismo convertida en una piscina con el fondo embarrado,  impracticable para las bicicletas. A medida que avanzaba la mañana la lluvia menguaba y tras retrasar unas horas la salida hasta las tres, se lanzaron con los neoprenos  al agua para realizar todo el tramo a nado  y reducir a la mitad el recorrido en bicicleta. No obstante en la carrera,  el pronunciado descenso del castillo previo a enfilar el camino de meta,  con el piso de empedrado redondeado y  mojado, se convirtió en una pista de patinaje que obligó a los corredores a aminorar  mucho la marcha e incluso a caminar  para evitar caídas, algo que algunos no pudieron conseguir.

El ambiente y actividades culturales paralelas que se han llevado a cabo estos días y el acto final de clausura han hecho que las más de 4000 personas entre deportistas, familiares, técnicos y personal de organización hayan gozado de unos días intensos e  inolvidables.  La eficacia de la Federación Española de Triatlón, así como las Administraciones Públicas de la Isla y las entidades implicadas en la organización del evento, han conseguido un campeonato redondo  que  seguro habrá despertado  el deseo  en todos los asistentes  de regresar otra vez a la isla por su cálida hospitalidad y gozar de un  entorno óptimo para hacer stages de entrenamiento  en los meses precedentes  y posteriores a los de  calor y aglomeraciones de  turismo de verano. Final de primavera y principio de otoño son periodos  en  los que  las infraestructuras y servicios  permanecen operativos  y el clima permite entrenar  y gozar de las maravillas de la isla.

La  participación de triatletas españoles en las categorías por grupos de edad  fue extraordinaria y en la categoría élite los resultados, a excepción del acuatlón donde no hubo presencia española, fueron buenos: En triatlón  Albert Moreno fue bronce y Anna Noguera  cuarta.  Emilio Martín e Irene Loizate consiguieron el  bronce en el duatlón.  Camilo Puertas consiguió la  plata  mientras que  Rocío Espada se quedaba a un puesto del bronce en el duatlón cross.   Laura Gómez ganaba la plata en el triatlón cross  y  Kevin Viñuela fue  octavo.

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