Nota: A diferencia de otras publicaciones, en las que los test los realizan expertos en zapatillas, en Sport Training las pruebas y valoraciones están realizadas por expertos en técnica de carrera.
SAUCONY KINVARA 3 (por José Enrique Quiroga)
Para valorar unas zapatillas eficientemente pienso que es necesario hacerlo comparando con otras, pero en el caso de las Kinvara 3 esto se hace un poco complicado debido a que es difícil categorizarlas. Básicamente, se puede decir de poseen características de los tradicionales tipos de zapatillas: de entrenamiento, mixtas, de competición y ahora también minimalistas, lo cual puede resultar algo contradictorio para muchos corredores pero al mismo tiempo muy polivalente para otros, porque al fin y al cabo así es como yo calificaría en un principio a esta zapatilla: polivalente y contradictoria.
Al crear las Kinvara, Saucony pensó en un modelo de zapatilla de “transición” al minimalismo, es decir, con algunas características que promueven la carrera natural pero de una forma moderada, sin abandonar la amortiguación.
Su peso es ligero, algo menos de 220 g, y su drop mínimo, tan solo 4 mm. Con estos datos, podemos pensar en una clara intención por la carrera natural. Sin embargo, el perfil de la mediasuela es bastante alto, con lo que eliminamos radicalmente una de las máximas de la carrera minimalista: la sensación del terreno. Esta mediasuela tan alta (en este caso comparando con una zapatilla de tendencia minimalista) es de 23 mm en la zona del talón y de 19 mm en el antepié, que aunque resulte en un drop de tan solo 4 mm, proporciona una carrera bastante amortiguada y con poca sensación del terreno por el que se corre.
Esta buena amortiguación no es blanda, tampoco muy dura, pero sí firme, y muy regular en todas las zonas. Esto hace que la sensación del terreno no sea precisamente uno de sus puntos fuertes, ya que en este aspecto el objetivo de sus diseñadores se ha centrado más en la protección que en cualquier otra cosa. Y aunque la suela está algo taqueada en la zona de metatarso o antepié, estos tacos a modo de triangulitos no actúan de forma independiente en la pisada, lo cual hubiese sido mucho más acertado desde mi punto de vista, ya que así mejoraríamos la percepción del terreno sin perder en amortiguación. Otra observación a tener en cuenta es que la mediasuela en la zona de metatarso es muy ancha, sobresale por ambos lados del upper, lo que aumenta la estabilidad en terrenos inestables.
En la zona del mediopié no existe ningún tipo de pieza adicional para el control de la pisada, tal como tienen la mayoría de las zapatillas de entrenamiento diseñadas para corredores que “talonan”, lo cual es muy acertado, ya que entre otras cosas supondría un peso adicional innecesario. Por el contrario, es una zona amortiguada y con una mayor densidad en la parte interior, lo que actúa como un pequeño corrector para pronadores. Esto es así porque es una zapatilla con muy poquito drop, para no talonar, para realizar un primer apoyo con el mediopié (o con toda la planta), y se han enfocado en garantizar cierta estabilidad en esta zona al mismo tiempo que proporcionar amortiguación.
Solo algunas zonas de la suela se han reforzado con caucho de alta resistencia a la abrasión, se supone que en las de mayor apoyo. Pero aquí podemos observar algo de contradicción. Estos refuerzos están situados en la parte externa de la zona del talón, en la parte media del mediopié y en la puntera. Muy correctos a mi entender en las dos últimas, pero un tanto contradictorio en la zona del talón, ya que si diseñamos una zapatilla sin apenas drop es con el fin de pisar con ella de planta o de metatarso, es decir, para ayudar a no talonar, por lo que esos refuerzos en el talón no estarían muy justificados. Además, al encontrarse en la parte exterior, incitan a una pisada de talón supinadora, unido al refuerzo que comentaba antes en la densidad de la mediasuela a la altura de la parte interior del mediopié.
Respecto al upper, Saucony utiliza lo que llaman “Flexfilm”, que es un material muy ligero, fino y transpirable. Éste es uno de los principales causantes de la ligereza total de la zapatilla. Va termosellado, lo que aumenta la comodidad para el pié y ofrece suficiente holgura, al tiempo que soporte, para que los pies y dedos se muevan libremente. Sin embargo, comparando con una zapatilla más minimalista, tiene poca flexibilidad.
Conclusiones:
Aunque algunos la consideren como zapatilla de transición al minimalismo, yo la veo más como una buena zapatilla de entrenamiento, con un peso ligero y un drop mínimo. Muy polivalente y apropiada para casi todos los corredores, sin necesidad de ningún tipo de adaptación a ella. Como decía, destaca por su ligereza frente a las clásicas zapatillas de entrenamiento, aunque tampoco vamos a decir que es extremadamente ligera (en mi opinión, cualquier zapatilla con más de 250 g en tallaje medio no es ni mucho menos lo más apropiado para correr). Y por supuesto el drop de tan solo 4 mm, lo que favorece un primer impacto en la pisada con el mediopié y no talonando, ayudando con ello a un mejor posicionamiento del cuerpo y una técnica de carrera más eficiente.
Los corredores acostumbrados a las clásicas zapatillas de entrenamiento y que talonen al correr, encontrarán en las Kinvara un instrumento muy útil para mejorar sus sensaciones de carrera y su técnica. Sin embargo, los defensores de la “carrera natural” notarán que les falta flexibilidad y les sobra amortiguación (mucho perfil de mediasuela y ésta más ancha que el upper en el mediopié).
Después de analizar todas sus características, en varias sesiones, las Kinvara 3 no son unas zapatillas precisamente “rápidas”, aunque sí cómodas y efectivas para rodar muchos kilómetros.
Por otra parte, el diseño estético, tanto en el modelo de hombre como en el de mujer, está bastante logrado, llamativo pero elegante. Aunque esto sea algo muy relativo a los gustos de cada usuario, realmente están teniendo mucha aceptación en general.
Modelo de mujer:
